Rodrigo de Paul saca risas: "Otamendi es un osito de peluche, pero en la cancha te asesina"

Argentina comenzó con un traspié doloroso el Mundial de Qatar 2022. Pero se repuso. Y no sólo pasó como líder del Grupo C. También se impuso por 2-1 a Australia en los octavos de final y ahora espera por Países Bajos para jugarse el paso a la semifinal del torneo que se realiza en el emirato hasta el 18 de diciembre.

Y uno de los puntos más altos que ha tenido la Albiceleste en la zaga ha sido Nicolás Otamendi, el único indiscutido para Lionel Scaloni en la última línea. El defensor central del Benfica, de hecho, tiene presencia ideal en la competencia: disputó los 360 minutos. Es decir, los cuatro partidos completos de La Scaloneta, que ha tenido modificaciones en ambos laterales y también el ingreso de Lisandro Martínez por Cristian Romero a raíz de algunos problemas físicos del marcador del Tottenham Hotspur inglés.

Por cierto, el ex Manchester City ha mostrado su acostumbrada fiereza para hacerle sentir el rigor a los delanteros que enfrente. Sin ir más lejos, borró a Robert Lewandowski, aunque siendo justos mucho ayudó Polonia con el planteamiento amarrete que presentó contra el actual campeón de la Copa América.

Uno de los referentes que tiene Argentina contó algunas intimidades de Otamendi. Se trata de Rodrigo de Paul, el volante del Atlético Madrid que comparte habitación con el jugador surgido de las divisiones inferiores de Vélez Sarsfield. “Es un animal, pero son dos personas. En la pieza es un osito de peluche, me apaga el iPad, me tapa. Lo amo, es hermoso”, apuntó el “7” del cuadro trasandino.

Nicolás Otamendi (19) abraza a Cristian Romero (13) y él, a Rodrigo de Paul (7) / Getty Images.

Pero estuvo lejos de quedarse sólo con eso. “En la cancha te asesina, de arriba a abajo. Está en un nivel tremendo y se merece más que nadie esto”, sentenció De Paul, quien fue compañero de Otamendi en el Valencia de España. Ahí se forjó una relación de amistad tan cercana que el centrocampista escogió al recio defensor de 34 años como el padrino de su segundo hijo, Valentín.