Ñublense tendrá un desafío muy importante en la temporada que se avecina: en 2023, la escuadra chillaneja jugará el Campeonato Nacional, la Copa Chile y también la fase de grupos de la Copa Libertadores, un boleto que ganó gracias al subcampeonato obtenido en el último torneo de la primera división chilena.
Por esa misma razón, en los Diablos Rojos se han reforzado con la mente puesta en no desentonar en ninguna de las tres competencias que deben afrontar. Eso sí, a Jaime García le preocupaba mucho la situación en un puesto que conoce muy bien, pues fue el que desempeñó durante su carrera de futbolista profesional: defensor central.
Y una de las inquietudes del popular Chacalito está allí, toda vez que llegaron varias alternativas para el ataque, como Andrés Vilches o el ex Curicó Unido Bayron Oyarzo, además de la renovación de Patricio Rubio o el préstamo de Pablo Aránguiz. Eso sí, también perdieron a Matías Moya, a Nicolás Guerra y a Alexander Aravena, quien volvió a la UC a través de la "opción de repesca" cada vez más conocida en los Cruzados.
A raíz de esa falta de contingente en la zaga, la plana mayor de Ñublense tiene casi amarrado al defensor argentino Lucas Abascia, quien hace unos días provocó la molestia del DT cartagenino, quien le reclamó a un periodista de la zona que se enteraba de los nombres de refuerzos antes que él.
Pese a eso, el marcador central de 27 años que jugó 34 cotejos en Deportivo Morón de la segunda categoría trasandina ya está en Chile para pasar la revisión médica de rigor. El acuerdo de palabra es un hecho y, en caso de completar ese trámite, el rosarino que también jugó en Sportivo Las Parejas y mide un metro y 81 centímetros se calzará la camiseta roja del equipo de Chillán.
Las ganas de participar en una competencia tan importante como la Libertadores fueron claves para Abascia, quien hizo mucha fuerza para que esta posibilidad se concrete y poder dar un salto en su carrera futbolística.
