El fútbol de Segunda División a veces encuentra curiosos atractivos. Como fue este viernes en el choque entre Trasandino de Los Andes y Lautaro de Buin, por la novena fecha, que enfrentó en un “clásico televisivo” nada menos que a los hijos de Diana Bolocco por el local y de Fernando Solabarrieta e Ivette Vergara en la visita.

Pedro Cisternas Bolocco y Nicolás Solabarrieta Vergara iniciaron en las respectivas bancas del Cóndor y del Toqui, y fue el vástago del periodista deportivo el que tuvo mayor relevancia, con un gol que silenció a la enfadosa parcialidad del conjunto local, que antes le había dedicado más de un insulto al delantero.

El duelo sacó chispas desde el minuto 0. Y antes del final del primer tiempo tuvo su primera víctima. Bernardo Mendoza se fue a las duchas y dejó con diez a Lautaro: en cancha mojada, el lateral pinchó el balón dividido y estrelló su pierna contra Wilson Martínez, que salió malogrado de la cancha.

Francisco Arrué adelantó las filas del local en la segunda fracción y encontró premio al minuto 70, cuando Joaquín Araya aprovechó una jugada personal y una floja intervención del arquero André Jerez para poner en ventaja al local.

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Sin embargo, el técnico Carlos Encinas tenía una carta bajo la manga. Al minuto 82 ingresó Nico Solabarrieta, quien aprovechó una extraordinaria acción individual de Giovanni Bustos para aparecer en solitario por el segundo palo y decretar la igualdad en el marcador con un cabezazo al piso en el primer minuto de descuento (90’+1).

La celebración del empate no escapó de la polémica que atravesó todo el partido, ya que Solabarrieta se llevó el dedo a la boca y miró a la trinbuna para silenciar a los parciales del Cóndor, que buscaban en internet nuevos insultos para dedicarle como respuesta.

Wilson Gutiérrez y Misael Llantén dan cuenta de la intensidad del partido bajo la fría noche andina

Wilson Gutiérrez y Misael Llantén dan cuenta de la intensidad del partido bajo la fría noche andina

Pero el árbitro Hernán Banda estiró el reloj hasta el minuto 90’+6 y fue cuando llegó la escotada final en el marcador. Joaquín Llanos empalmó un tiro libre desde la derecha y en el zafarrancho volió a confundirse el arquero Jerez, en lo que se convirtió en el gol de la victoria para el local.

Un broche de oro para un encuentro eléctrico que llamó la atención por su componente farandulero, pero terminó cautivando al público con la intensidad y el arrojo de ambos rivales. Trasandino avanzó al quinto lugar con su tercera victoria consecutiva y Lautaro enciende alarmas en el antepenúltimo escalón de la categoría.