Mauricio Isla dijo que “llegó la hora de los jóvenes” al desistir de la última citación a la selección chilena, la nómina con la que debutará Eduardo Berizzo al mando de la Roja y disputará tres partidos amistosos en Corea del Sur y Japón. El lateral de Flamengo, a los 33 años, intuye el final de la Generación Dorada.
Pero no hay demasiadas alternativas de nivel para el recambio. Por eso, la opción de incorporar algún nacionalizado debe ser especialmente analizada. Y en particular el caso de Matías Catalán, lateral derecho y defensor central de Talleres de Córdoba, que estuvo en la victoria de la T sobre Universidad Católica el martes en San Carlos de Apoquindo.
Cata, como le dicen al formado en San Lorenzo de Almagro, nació hace 29 años en Mar del Plata. Adquirió nacionalidad chilena por su padre y fue sondeado en 2015 por Jorge Sampaoli, luego por Juan Antonio Pizzi -quien fue su técnico precisamente en el cuadro de Boedo- y finalmente por Reinaldo Rueda.
En 2019 fue el mayor acercamiento, después de que Isla quedara al margen de dos amistosos contra Argentina y Honduras. Su representante, Agustín Jiménez, celebró la citación del jugador con una imagen en Instagram y hasta el padre celebró la nómina. Pero a la hora de la oficialidad, Rueda no contó con él.
Un panorama que puede cambiar con la llegada de Berizzo a la Roja y el alejamiento momentáneo de Mauricio Isla, pero en especial por el buen momento que vive el jugador, que integra el equipo ideal de la fase de grupos de la Copa Libertadores, liderando la defensa de Talleres en la sólida clasificación de su equipo a octavos de final.
La trayectoria de Catalán incluye el debut en San Lorenzo y luego pasos por Atlético Rafaela, San Martín de Tucumán y Estudiantes de La Plata en Argentina. En 2017 saltó a Atlético San Luis de México, donde sumó más de cien partidos oficiales, y luego al Pachuca, desde donde llegó a Talleres a principios de 2022.