Nacida en Japón, pero criada desde los cuatro años en Estados Unidos, Naomi Osaka (24°) tuvo que tomar una decisión que marcaría su carrera.
En 2019 renunció a su nacionalidad estadounidense para poder representar a Japón en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Pero no era solo una formalidad, ya que la ley japonesa obliga a quienes tienen doble nacionalidad a escoger una antes de los 22 años.

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La decisión de Naomi Osaka
Osaka creció en un hogar donde la cultura japonesa estaba muy presente gracias a su madre. Su padre, haitiano, fue quien la impulsó a representar a Japón.
La tenista tomó la decisión mucho antes de que llegara a la élite. “No necesariamente me siento estadounidense. No sabría cómo se siente eso”, dijo una vez al New York Times.
Su madre también lo dejó claro en The Wall Street Journal. “Naomi y su hermana siempre se sintieron japonesas. Nunca fue una decisión financiera ni influyó ninguna federación”, aclaró.

Naomi Osaka con su equipo y sus padres en 2019 (Getty Images).
Orgullo japonés en suelo estadounidense
Con cuatro títulos de Grand Slam en su vitrina, dos de ellos en Estados Unidos, Osaka está volviendo a poner a Japón en el mapa.
Cabe recordar que la ex número 1 del mundo se perdió toda la temporada 2023 por maternidad y desde ahí se le ha hecho difícil repuntar.
Pero eso parece que ya quedó en el pasado. La japonesa llegó hasta los cuartos de final del US Open tras dejar en el camino a la N°3 del mundo, Coco Gauff.
Ahora se enfrentará a la checa Karolína Muchová (13°).
Hoy está a nada de conquistar otro US Open, el mismo torneo que ganó dos veces (2018 y 2020), buscando agrandar su leyenda en el país que la vio crecer pero no representar.

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