Sevilla cortó la racha de José Mourinho en finales continentales y venció a la Roma en la final de la Europa League. El cuadro español igualó 1-1 con la Loba en el tiempo reglamentario y la prórroga, y luego venció en penales para alcanzar el título por séptima vez en su historia.
Más allá del triunfo sevillano, la imagen destacada de la final fue la del enojo de Mourinho. El portugués regaló su medalla de subcampeón a los hinchas y luego se lanzó contra el árbitro del partido. “Parecía español. Nos vamos a casa muertos por una injusticia”, dijo. Y no se quedó ahí.
El entrenador se topó con el réferi del encuentro, Anthony Taylor, en el estacionamiento del Puskas Arena. Y no le dijo nada bueno: con cámaras de televisión y varios periodistas como testigos, lo insultó a viva voz. “¡Eres una puta vergüenza!”, le dijo en repetidas ocasiones.
Antes, en conferencia de prensa, Mou tuvo duras críticas para el arbitraje del partido. “La influencia de los árbitros en nuestros partidos es una cosa a la que ya estamos acostumbrados, pero en una final europea no me lo esperaba”, acusó el entrenador..
“Basta con ver a Erick Lamela que ha tirado un penal y tenía que haber sido expulsado, con ver que el equipo que jugó mejor en el primer tiempo es el que ha terminado con tres amarillas. Lorenzo Pellegrini se cae y es amarilla, Lucas Ocampos simula y no hay amarilla…”, disparó.
Además, alarmó a la afición afirmando que “no puedo decir objetivamente que me quedo”. “Tengo ganas de irme a casa el lunes y de jugar el domingo, que lamentablemente no puedo estar en el banquillo. Necesito vacaciones, estoy muy cansado”, agregó.