El Barcelona logró su gran objetivo de la temporada y se impuso a Espanyol por 4-2, logrando así el título 27 de su historia y cortando la racha de tres años sin alcanzar la corona, con una marcada crisis económica y también institucional, que incluyó la salida de Lionel Messi del club.

Una fecha de celebración merecida para los blaugranas, que dieron un verdadero show en el derbi catalán, demostrando que a nivel local fueron el mejor equipo de la temporada, con 14 puntos de ventaja sobre el Real Madrid, su máximo perseguidor.

Por lo mismo, los jugadores desataron toda su alegría una vez finalizado el partido. Uno que era especial, porque además de ser ante el rival catalán de toda la vida, también era en cancha visitante y ante un equipo que se hunde en la parte baja y cada vez está más cerca de descender.

Situación contrastante que terminó con una reacción lamentable por parte de los fanáticos del Espanyol. Un grupo de ultras de esa afición se metieron al campo de juego con toda la intención de agredir a los jugadores del Barca que festejaban el título en el círculo central.

La invasión provocó que los jugadores del Barca debieran correr despavoridos hacia camarines, mientras los fanáticos enfurecidos intentaban sortear la guardia privada para meterse en los túneles del estadio para buscar al plantel de Xavi Hernández y compañía.

Si bien la situación no pasó a mayores, si debió intervenir la policía española para hacer retroceder a los fanáticos del periquito. Algo que logró, aunque no sin tener varias complicaciones.

Una compleja situación que le puede traer varios partidos de castigo al Espanyol. La Liga es muy estricta en términos de comportamiento y de producirse incidentes, generalmente terminan en sanciones.

Una que llegaría en pésimo momento para el Espanyol, que necesita de su público para intentar sumar, al menos 9 puntos, para poder pelear una eventual salvación.