"Para mí lo más importante es tener deseo y hambre de triunfo". Una frase cliché de los entrenadores se puede convertir en realidad cuando eso se trabaja para convencer a todo el plantel de jugadores, como ocurre con Jaime García, el estratega de Ñublense.
El elenco de los Diablos Rojos es el sorprendente puntero del Campeonato Nacional con 11 puntos tras cinco fechas, siendo uno de los dos cuadros que se mantiene invicto (el otro es Palestino). Y la mano del técnico chileno ha sido fundamental.
Una propuesta ofensiva y de intensidad es la idea del DT, quien para llegar a eso armó un equipo con varios jóvenes de equipos grandes y sumó algunos jugadores experimentados para darle a su escuadra una interesante mixtura.
Branco Provoste (Colo Colo), Alexander Aravena (Universidad Católica) y Nicolás Guerra (U. de Chile) son algunos de los jugadores que no tuvieron cabida en sus elencos y buscaron una nueva oportunidad. A ellos se suman Patricio Rubio y Fernando Cordero, entre los más grandes, a quienes les saca rendimiento.
También se ganó el mote de "matagigantes", pues ante Colo Colo, la U y la UC tiene números positivos entre el 2021 y el 2022. Solamente cayó con los cruzados en la primera fecha del torneo pasado y también en la Supercopa, por penales.
A esa sapiencia futbolística le suma el lado humano. Siempre ha dicho que no vende humo ni le interesa ser versero, algo que tiene claro pues en el elenco del sur de Chile se pone la mochila al hombro para darle hacia adelante.
"Acá he tenido que ser de todo, y a veces desgasta, pero lo hago con amor. Entrenador, sicólogo, papá, consejero, amigo", comentó en alguna ocasión al diario La Discusión de Chillán, demostrando lo que le toca hacer en su trabajo.
La temporada pasada clasificó a los chillanejos a Copa Sudamericana, donde jugará este martes contra La Calera en el Nelson Oyarzún. Un desafío que espera superar García para posicionarse en fase de grupos y así darle rodaje internacional a la escuadra.
