Gran partido de Universidad de Chile en Calama. El cuadro azul fue muy superior a Cobreloa, por lo menos a partir del minuto diez de juego. Eso sí, se sufrió hasta el final, por la falta de efectividad en las llegadas al arco contrario. La solidez azul, la desmenuzamos con un uno a uno de sus jugadores.

Gabriel Castellón (6): uno puede pensar que a Castellón le llegan poco y que por eso no se puede evaluar mucho su rendimiento. Pero, en realidad, da mucha seguridad, pese a que mucahs veces no tiene esas estiradas de portada de diario. Aunque, bien podría ganarse las primeras planas su salto a los 86’, cuando tuvo una relevante tapada para impedir que el cabezazo de Monroy se transformara en gol.

Franco Calderón (6): es sólido en el área, pero un poco lento en los contraataques. Eso quedó en evidencia en el contragolpe que casi transforma en gol Arancibia. Pese a ello, sabe resolver sus carencias gracias a que tiene maña y se sabe posicionar. Le falta crear mejor juegos con sus pies, pues recurre muchas veces al pelotazo, lo que diluye el buen toque de los azules.

Matías Zaldivia (5,8): sólido en el fondo, aunque hoy opacado por la solidez aún mayor de Calderón. Por el contrario, tiene mucho mejor toque que su compañero en la retaguardia. Es pulcro y seguro con la pelota en los pies. Además, es notorio el contagio y la llegada que tiene en el resto del equipo. Su presencia en la U debe ser agradecida por el hincha.

Ignacio Tapia (5,8): esforzado y rudo en el cuerpo a cuerpo. Una de las grandes cosas que hizo en el partido fue la recuperación de pelotas. De hecho, fue el que recupera el balón en el penal a Chorri Palacios. 

Marcelo Morales (7): un buen partido del joven que fue dejado afuera de la Sub-23 por sobrepeso. Cada semana demuestra que la rigidez de Córdova fue una tontería. Encara y colabora en defensa. Además, en las salidas no se complica, siempre lo hace jugando seguro. Su gran característica es que su juego no se constriñe a tareas defensivas u ofensivas, sino que es relevante en ambas. El gol fue un premio más que merecido por su esfuerzo y entrega al equipo. ¿Se le podía pedir más? Claro, al final del partido fue el que propició la calma de la U, al mandarse un tremendo pique (demostrando su tremendo estado físico) y habilitó a Nico Guerra, que convirtió (90’).

Israel Poblete (5,8): puede pasar desapercibido, pero su labor en el medio es trascendente. Presionó la salida de Cobreloa, ganó balones en el medio y cuando la U no puede salir con Marcelo Díaz, lo hace a través de los pies de Poblete. Tuvo un palo en la jugada del segundo tanto de la U que mereció ser gol.

Marcelo Díaz (5,8): el engranaje del equipo. Máquina de guerra. Sabe esforzarse sin querer ganarse las luces, los flashes y la atención de las cámaras. no necesita un peinado extravagante, ni teñirse el pelo de color plateado. Simplemente, con sus toques y un par de palabras, ordena las cosas dentro del campo de juego. ¿Qué decir de su pase en la jugada de penal? Preciosura de habilitación a Chorri Palacios. Gran nivel todavía de Carepato, los años se notan sólo en su menor capacidad física. 

Fabián Hormazábal (6): su presencia equilibra los ataques por las bandas. Si no estuviera, posiblemente la U atacaría mucho más por la izquierda, lugar ocupado de forma muy eficiente por Marcelo Morales. Tiene buen juego, encara y vive al cien por ciento cada partido. Le falta un poco saber resolver, pues esta tarde tuvo por lo menos dos ocasiones en las que, con más olfato de goleador, podría haberse inscrito en el marcador. ¿Una de ellas? Cuando ingresó haciendo amagues al área loína, pero tardó mucho en tirar y el remate terminó dando en Bastián Tapoa (36’).

Maxi Guerrero (6): una joyita que poco a poco empieza a brillar con luz propia. No le hacen falta pportadas, muchas loas o que venga un equipo extranjero a fijarse en él. Maxi Guerrero tiene coraje, encara y su trato del balón es elegante. Su rapidez también es destacable, sobre todo porque suele sacarle provecho por la banda derecha. Si hay algo que se le puede reprochar es que con un poco de cuerpo es fácil desplazarlo. Un poco de gimnasio, proteínas y era, como dirían por ahí. Fue remplazado a los 87’ por Federico Mateos.

Chorri Palacios (5,5): si uno premiara los primeros minutos de los jugadores, Palacios de seguro sería uno de los que habría que mencionar. Arrancó bien y fue muy peligroso. Tanto así que dejó atrás al último hombre loíno y forzó el penal a los 23’. Después de eso, su presencia se diluyó y sólo fue protagonista por sus malas resoluciones de jugadas. De hecho, Lea Fernández lo dejó libre de cara al arco en el complemento y, en vez de pegarle de primera, se atarantó y enredó. Salió a los 76’, siendo remplazado por Luciano Pons.

Lea Fernández (6,3): siempre entre los mejores del Romántico Viajero. Es el generador de fútbol y peligro en el ataque. Su principal arma: su impredecibilidad. Sus locuras se agradecen, incluso cuando terminan en un tiro por los aires desastroso. Eso sí, a ratos exagera. Pudo, por ejemplo, tener una mejor resolución de la jugada en la que Pons le pivoteó de cabeza, pero mandó la pelota a cualquier parte. A veces, exagera la velocidad en la salida, cayendo en errores. Obviamente, no hay que olvidar que hizo el gol desde los doce pasos, con el que se inició el triunfo azul (25’). En resumen, un crack, igual dámelo siempre en el equipo que sea. Fue remplazado a los 87’ por Nico Guerra.

Luciano Pons (5): ingresó a los 76’ por el Chorri Palacios y tuvo pocas llegadas de peligro. Eso sí, le bajó una pelota excelente a Lea Fernández, lo que da a entender que puede ser una alternativa pivoteando balones en el área.

Nicolás Guerra (-): ingresó a los 87’ por Lea Fernández y lo poco que tuvo lo convirtió. Marcelo Morales le regaló el tercer tanto de la U y celebró con la pelota en la camiseta, emulando a una señora embarazada. ¡Epa!

Federico Mateos (-): ingresó por Maxi Guerrero a los 87’.

Emanuel Ojeda (-): ingresó por Fabián Hormazábal (90+2).

José Castro (-): ingresó por Morales a los 90+2’.