La Segunda Sala del Tribunal de Disciplina es el organismo ante el que se pueden apelar las decisiones de la Primera Sala. Y fue lo que hizo Universidad Católica luego de que fuera sancionado con dos partidos a puertas cerradas por los incidentes producidos ante Audax Italiano por Copa Chile, y desató el gran terremoto del fútbol chileno en 2022.

La Segunda Sala decidió aceptar una orden de no innovar en favor de la UC, para estudiar la apelación, y los Cruzados pudieron actuar como locales ante Universidad de Chile en cuartos de final, instancia que quedó marcada por los fuegos artificiales que estallaron junto al arquero azul Martín Parra y mantienen hasta hoy esa definición en suspenso.

Luego la misma petición hizo Universidad de Chile, pero para la sanción que le impedía recibir con público a Audax Italiano en la última fecha del Campeonato Nacional. El problema fue que esta vez, la Segunda Sala negó la orden de no innovar y la U tuvo que jugar sin sus hinchas en un duelo clave en la lucha por escapar del descenso.

¿Qué pasó entre medio? En una revelación sin precedentes, el secretario de la Segunda Sala del Tribunal, Cristián Garcia, aclara que el representante de Universidad Católica y presidente de este órgano, Stefano Pirola, inclinó la balanza primero a favor de la UC y después en contra de la U, en una controvertida decisión. "Hubo un cambio de criterio", explicó.

En diálogo con el programa La Tribuna Deportes, el abogado explicó paso a paso lo que sucedió en esas sesiones telemáticas, de las que Pirola participó desde Europa pese a que la diferencia horaria lo obligó a trasnochar. El dirigente del esquí de la Católica no se inhabilitó: "Él entiende que no tiene inconvenientes, por eso participó en el debate y la decisión, y eso no se le puede reprochar, es su decisión", explica García.

La voltereta de Stefano Pirola contra la U
 

Como todos los integrantes del Tribunal de Disciplina, Cristián García llegó al estrado con el apoyo de un club de la ANFP, en este caso, Deportes Copiapó. Stefano Pirola lo hizo por intermedio de Universidad Católica, una relación que queda en entredicho de acuerdo al relato que hizo el secretario de la Segunda Sala.

"En el caso de la orden de no innovar (del partido entre Universidad Católica y Universidad de Chile), la decisión fue de dos votos contra dos, y como falta el quinto voto, tuvo que dirimir el presidente", puntualiza García en alusión a Pirola, y aclarando que la idea de la medida cautelar es que "la sanción no produzca un daño que no se pueda reparar".

La UC pudo postergar el castigo, a diferencia de Universidad de Chile, que tuvo que jugar con tribunas vacías: "(La votación) se dirimió por 3-1 y el voto que cambió fue el del presidente (Pirola), pero luego de un debate en que con el colega que rechazamos la orden de no innovar para Universidad Católica, hicimos ver cuáles eran los antecedentes y argumentos".

García fue claro y estableció que el daño irreparable no es un razonamiento absoluto. "Si así fuera en este Tribunal o todos los tribunales de justicia, nunca se podría conceder una prisión preventiva porque siempre hay opción de que el imputado sea absuelto y con la prisión prevetiva habría previamente un castigo sin decisión", puntualizó el abogado.

 

 

Aquí es donde entra Pirola en el juego, ya que el argumento lo convenció, dio vuelta su voto y la Segunda Sala rechazó la orden de no innovar que pretendían los azules. "Hubo un cambio de criterio. Quiero interpretarlo en el sentido de que los que tenemos una postura contraria al presidente, logramos convencerlo. (...) Dados los hechos ocurridos y los argumentos de la deliberación interna, él (Pirola) adoptó una posición distinta", refrendó.