Una pregunta muy simple, que no tiene respuesta. Si se concreta la eliminación de la selección chilena del Mundial de Qatar 2022 y concluye automáticamente el contrato del entrenador, Martín Lasarte,¿quién decidirá quién tomará después el mando de la Roja?
En las condiciones en que se maneja el fútbol chileno, la respuesta debiera ser Pablo Milad o la persona que él designó como director deportivo, el inglés Francis Cagigao. Siempre con el aval presupuestario de los clubes de Primera División y Primera B, agrupados en la ANFP.
Sin embargo, esa decisión es patrimonio de la Federación de Fútbol de Chile, encargada del control de las selecciones y de todas las actividades del deporte rey en nuestro país, y donde debieran recurrir todos los estamentos, partiendo por los y las futbolistas nacionales.
El problema es la ANFP controla a la Federación en Chile. Milad es el presidente de ambas entidades y la ANFA es el otro interlocutor a la hora de tomar algún dictamen. Una figura que la FIFA condenaoficialmente y que se mantiene en nuestro país.
Pero los jugadores, los protagonistas,alzaron la voz. En diálogo con RedGol, el secretario del Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup), Luis Marín, fue enfático en la urgencia de una separación: “Sí, es un proceso que consideramos absolutamente necesario. De hecho, lo solicitamos formalmente hace algunos meses”.
Según el ex arquero y mundialista en Sudáfrica 2010, “desde siempre, en nuestro país, todas las decisiones relativas al fútbol organizado pasan únicamente por la ANFP y la ANFA, en circunstancias que debiesen adoptarse en el seno de la Federación”.
“Los actuales Estatutos de la Federación sólo reconocen como socios o miembros a la ANFP y la ANFA, pero no a los distintos estamentos que configuran el fútbol nacional, especialmente jugadores y jugadoras, entrenadores, entrenadores, árbitros, árbitras, fútbol sala, agrupacionesde utileros, entre otros actores”, explica el representante gremial.
“La Federación es una entidad fantasma”
El Sifup mira la separación de la ANFP de la Federación como un asunto de extrema preocupación. “Lo anterior, se traduce en una ausencia de representatividad, que desnaturaliza de forma radical las funciones y objetivos que debe cumplir una Federación, y la convierten en una entidad fantasma con letra muerta”, explica Marín.
“Esto conlleva a que el resto de los actores de esta actividad sólo puedan contemplar y acatar la voluntad de la ANFP y la ANFA, sin derecho a ser escuchados formalmente ni tampoco a participar en el proceso de toma de decisiones que les compete”, reclama el ex arquero.
Además, Marín puntualiza que la misma FIFA pidió avanzar en este proceso. “La FIFA exige que en los Estatutos de sus asociados se respeten, incorporen y apliquen los principios de transparencia, democracia, igualdad, representatividad y pluralidad”.
“El hecho de omitirlos ha traído como consecuencia que, en más de una oportunidad, se adopten decisiones arbitrarias, erróneas y perjudiciales contra los intereses del fútbol nacional, siendo por esto necesario que exista reconocimiento y subordinación de los Clubes, Ligas, Asociaciones, Organizaciones y de otras agrupaciones a la Federación. Y que los estatutos federativos, hoy muy precarios, establezcan el ámbito de competencia, derechos y deberes de aquellos”, complementa el líder de los futbolistas profesionales.