Para los alumnos de varios establecimientos del país el 2020 se ha convertido en un desafío. Muchas son las dudas que quedan sobre el cómo se cerrará el año en medio de la emergencia global, y el Colegio Carampangue de Talagante es uno de ellos.

Los estudiantes de último año, sobre todo que son representantes en diversas competencias, se han tomado este tiempo como una nueva oportunidad y sus objetivos han cambiado. 

Así lo cuenta Santiago Eichholz, estudiante de cuarto medio e integrante del equipo de básquetbol, quien relata que su establecimiento se adaptó a las clases online, y que junto a sus compañeros de deporte han llevado la pandemia de buena manera. "Sabiendo utilizar nuestros tiempos para poder entrenar también, nos juntamos un par de horas a la semana para juntarnos como equipo y poder conversar tanto de básquetbol como de nuestro día a día, así se fortalece la unión que caracteriza a nuestro equipo", dice el joven a Deportivo Escolar. 

Sin la claridad sobre lo que sucederá con las clases, y sobre todo por las competencias escolares, hay esperanza en que se reactive todo antes de finalizar el 2020. "Creo que volver a la normalidad depende netamente de nosotros y del cuidado que tengamos, quizá aún no hemos perdido el año deportivo, no será normal de poder volver a jugar pero quizá si nos cuidamos y nos quedamos en casa, se pueda volver a jugar antes de que termine el año", relata Santiago.

Un compañerismo que está presente en las reuniones online semanales, pero que añoran volver a jugar en la cancha. "Se extraña más que todo, por mas unidos que estemos a la distancia, no es lo mismo que poder jugar en los recreos, aprovechar los entrenamientos hasta quedar cansado y disfrutar los partidos en las mañanas, además que la comunicación en la cancha se da mucho más fluida que a través de las distintas plataformas online", dice Eichholz a Deportivo Escolar. 

"Quizá aún no hemos perdido el año deportivo, no será normal de poder volver a jugar pero quizá si nos cuidamos y nos quedamos en casa, se pueda volver a jugar antes de que termine el año".

En casi tres meses de crisis, la para de actividades es algo que jamás nadie pudo anticipar, y por un extenso lapso de tiempo, por lo que muchos de los deportistas del establecimiento la despedida será complicada. "Está difícil poder despedirme como corresponde del basket del Carampangue, pero hemos aprendido de nuestros entrenadores y entre el equipo que más que jugar partidos y ponerse la camiseta cada sábado. El basket de Carampangue es una familia, quizá la palabra correcta no es despedirse, si no decir hasta pronto, porque formando parte de esta familia siempre sabremos que en ese gimnasio en Talagante, podemos encontrar otro hogar", cuenta el joven.

Y es que a lo largo de la historia deportiva escolar, el Colegio Carampangue de Talagante se ha caracterizado por su fortaleza con equipos extraordinarios. Sin embargo, los resultados globales no los han acompañado, por lo que no han logrado resencia en torneos como la Copa UC o Libascopar. 

"Hasta hace un tiempo basábamos nuestro juego en un par de jugadores específicos, los cuales eran destacables. Pero, hace un par de años decidimos hacer un cambio de mentalidad, y dedicarnos a repartirnos en partes iguales el peso del equipo, haciendo entrenar más a nuestros jugadores con menos experiencia, quienes ya teníamos más experiencia siguiendo duro en los entrenamientos. Desde ese cambio de mentalidad hemos sabido sobrellevar partidos apretados, y así logramos sacar del título de Serie C en Libascopar en ambas categorías el año pasado", finaliza Santiago Eichholz a Deportivo Escolar.