La primera semifinal del Mundial de Rusia, que animarán esta tarde Francia y Bélgica en San Petersburgo, tiene cara de final de acuerdo al rendimiento superlativo de los dos equipos europeos. Pero también si se le mira desde el punto de vista étnico, por el marcado origen africano de ambos combinados.
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Ambos países tuvieron vastas colonias en el Continente Negro hasta el siglo XX, un factor que han sabido incorporar a sus selecciones de fútbol con importante éxito y sin quitar una pizca de representatividad nacional de las mismas, de la mano de los grandes logros deportivos que han alcanzado.
“Cuando lo hago bien, soy el delantero belga, cuando me equivoco, soy el delantero de ascendencia congolesa”, se ha quejado Romelu Lukaku, centroatacante de los Diablos Rojos, cuadro que tiene nueve jugadores de ascendencia africana en el plantel.
El caso más curioso es el de Kevin de Bruyne, cuya madre nació en Burundí y también vivió en Costa de Marfil. El volante de Manchester City habla holandés, francés e inglés de manera fluida. El Congo, Malí y Marruecos completan las raíces africanas del equipo de Roberto Martínez.
En Francia la prevalencia de jugadores de origen africano es mayor todavía. Nueve países están representados con su descendencia en Les Bleus, donde Senegal es mayoritaria con tres integrantes. Hay otros con triple nacionalidad como Kylian Mbappé, de padre camerunés y madre argelina.
Fotos: Archivo y Agencia Uno
