La noticia de la muerte del Papa Francisco conmocionó al mundo entero. Figuras públicas de todo el planeta, desde gobiernos hasta deportistas, expresaron su pesar por la partida del pontífice.
Sin embargo, hubo una notable excepción que no pasó desapercibida: Ferrari optó por no emitir ningún comentario sobre el fallecimiento del Papa.
Esta decisión ha levantado una ola de especulaciones y críticas, considerando la histórica conexión de la escudería con el Vaticano.
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El vínculo histórico de Ferrari con los papas
La relación entre Ferrari y el Vaticano ha sido larga y llena de símbolos. A lo largo de los años, la escudería ha ganado campeonatos bajo los papados de varias figuras religiosas.
Desde Pio XII hasta Benedicto XVI, Ferrari siempre mantuvo una conexión especial con la Iglesia, que se ha reflejado tanto el vínculo con el equipo, como en las victorias obtenidas en esos años.
Incluso, campeones como Michael Schumacher y Kimi Räikkönen celebraron sus victorias con una simbólica cercanía al Vaticano.
Papa Juan Pablo II recibe como regalo del presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemol y Michael Schumacher en enero de 2005 (Getty Images).
Una posible explicación tras la decisión
El silencio de Ferrari es llamativo. Durante los 12 años de papado de Francisco, la escudería italiana ha vivido una de las etapas más complicadas de su historia en la Fórmula 1, con largos periodos sin campeonatos.
Sin embargo, el vínculo con el Vaticano siempre estuvo presente. La falta de una condolencia oficial por parte de Ferrari ante la muerte del Papa tiene a muchos cuestionándose si hay algo más detrás de esta decisión.
Es probable que la escudería, en medio de su dura lucha por recuperar su gloria, no haya querido desviar su atención con una declaración pública.
