Corea del Sur hizo historia este viernes y se metió en los octavos de final del Mundial de Qatar 2022. Los Guerreros Taeguk lograron un agónico triunfo por 2-1 frente a Portugal y dejaron en el camino a Uruguay para avanzar a la próxima ronda. Todo, de la mano de su máxima estrella: Son Heung-min.
Después de liderar una dura batalla durante 90 minutos en los que se mantuvo el empate 1-1, una jugada de la figura del Tottenham cambió todo. Encarando por la banda derecha y rodeado de jugadores rivales, se las arregló para sacárselos a todos antes de meter un pase perfecto para que Hwang Hee-Chan anotara el gol que significó la clasificación.
A sus 30 años y luego de haber brillando durante varias temporadas en Europa, desde la Bundesliga de Alemania a la Premier League de Inglaterra, Son Heung-min tenía esta tarde uno de los partidos más importantes de su carrera. Y vaya que estuvo a la altura.
Pero su historia no parte ahí. Ligado fuertemente al fútbol gracias a su padre, Son Woong-jung, quien fuera jugador en su juventud y que se retirara tempranamente por una lesión al tendón de Aquiles, el delantero se ha hecho un nombre en lo más alto de su país y el mundo entero.
En el año 2008, dejó sus estudios para ir a Alemania, donde la academia juvenil del Hamburgo lo esperaba. En 2010 lograría hacer su estreno en la Bundesliga, donde daba que hablar con apenas 18 años y una capacidad que ya ilusionaba.
La etapa en el Hamburgo la finalizó con un total de 78 partidos y 20 goles, los que le permitieron dar el salto al Bayer Leverkusen en la temporada 2013/14 como el fichaje más caro en la historia del club hasta ese entonces, con 10 millones de euros.
Con el elenco de las aspirinas se destapó, mostrando una tremenda faceta goleadora tanto en la Bundesliga como en la UEFA Champions League, que le permitió dar ese salto internacional. Los ojos de varios clubes se pusieron encima suyo, hasta que recibió el llamado de la Premier League.
En agosto de 2015 y después de marcar 29 goles en 87 partidos con el Bayer Leverkusen, Son Heung-min firmó con el Tottenham. Y es ahí donde hace ocho temporadas se ganó el cariño de los hinchas y del mundo entero, con goles, talento y, sobre todo, carisma.
En los Spurs tomó fama mundial y se transformó en la máxima estrella de Corea del Sur. Con 136 goles en 344 apariciones a la fecha junto al conjunto inglés, pasó a ser una figura reconocida en todos los rincones del planeta, pero todavía tenía la deuda pendiente con la selección. No así con su nación, a la que incluso le respondió realizando su servicio militar en medio de la pandemia del coronavirus.
Si bien ha defendido a su país desde el 2010, nunca había logrado superar los octavos de final de una Copa del Mundo. Eso hasta este viernes, cuando tomó el balón en los descuentos y armó una jugada de ensueño para lograr una histórica clasificación.
Son Heung-min lidera a Corea del Sur a disputar por tercera vez en su historia una llave de octavos de final. El mejor lugar de su selección fue en el Mundial que organizaron en 2002, cuando llegaron hasta cuartos. ¿Logrará superar la barrera en Qatar 2022? Después de lo ocurrido hoy, de seguro sueña en grande.
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