Aunque Argentina y específicamente Lionel Messi le dieron un baile en semifinales, nadie le quita el cartel de jugador revelación del Mundial de Qatar 2022 a Josko Gvardiol, defensor y pilar del tercer lugar de Croacia, que hoy aparece tasado en 100 millones de euros e intimidó con su protección facial, a sus tiernos veinte años.

Pero pese al suceso, el zaguero del RB Leipzig todavía puede disfrutar de las cosas simples de la vida. De hecho, la semana pasada celebró con los suyos en el pueblo donde viven sus abuelos y creció su padre, la localidad de Novigrad. Los lugareños hicieron un asado con un animal de 400 kilos, señalan los reportes de la prensa local.

Pero la curiosidad más rústica estuvo en el transporte de Josko, quien sorprendió a medio mundo cuando llegó al homenaje a bordo de un humilde automóvil Fiat Punto de 2003, que en Chile tiene un valor de entre dos y tres millones de pesos y es uno de los clásicos de la marca italiana, por su mezcla de utilitario y deportivo.

De dónde sacó un Fiat Punto la revelación de Qatar 2022
 

La llegada de Joski Gvardiol al pueblo de sus abuelos fue una verdadera revolución, que sólo subió de temperatura cuando fue descubierto a bordo del humilde Fiat Punto. En el volante estaba Ozren Bazdaric, goleador histórico del equipo local, el popular NOSK, que fue donde se inició Gvardiol y donde también jugó su padre, Tihina, aunque como volante creativo.

"Miro a Josko y es como si estuviera viendo a Tiho, son los mismos genes", aseguró el veterano Bazdaric, que estuvo en la organización de la celebración por el bronce mundialista del crack, que días antes se había exhibido mientas fumaba y bebía en bares de Split y supo el acoso de los paparazzi.

Pero la imagen del defensor croata a bordo del Fiat Punto pudo más. La fotografía se viralizó rápidamente y no pocos hicieron la relación con Arturo Vidal, que durante su paso por el Inter de Milán adquirió un Fiat Panda. "Le prometí a mi hijo Alonso que si volvía a Italia, me lo compraba. Cuando llegué al Inter fue lo primero que hice, le tengo mucho cariño", reconoció.

Ahora, el defensor de los 100 millones de dólares puede jactarse del mismo privilegio, trasladarse a bordo de un clásico que demuestra que los futbolistas no sólo se pueden mover en un Mercedes.