El destacado ex árbitro inglés, Mark Clattenburg, compartió su larga experiencia pitando en cancha y tuvo tiempo especial para referirse a Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Luis Suárez.

“Cuando arbitré por primera vez a Messi realmente me conmocionó. Fue en un Barcelona-Paris Saint-Germain y, estando tan cerca, recuerdo haber pensado: oh, Dios mío, esto es increíble”, dijo el otrora réferi a Sportsmail.

Agregó que “cuando arbitras tiendes a mirar la pelota. Con él podías perder de vista incluso el balón, así que imagina lo que es para los defensores.  Tuve que cambiar la forma en que analizaba el juego cuando estaba Lio. Era tan hábil que los oponentes tratarían de detenerlo de diferentes maneras, a veces tirándolo con en el pie, a veces con la parte superior del cuerpo”.

Respecto a CR7 Clattenburg reveló que “admiré por encima de todo su capacidad para mejorar su juego cuando el equipo estaba caído. Lo arbitré como un jugador joven en la Premier League, luego en el Real Madrid y siempre cumplió. Sabías que estabas compartiendo el campo con un jugador verdaderamente único que podría cambiar el juego en un instante”.

Añade que “me llevé muy bien con él. Cuando subí las escaleras para obtener mi medalla después de la final de la Eurocopa 2016, intentó agarrarme y abrazarme, ese era el nivel de respeto que teníamos. Después de un partido, una camiseta entró en mi vestuario firmada: ‘a Mark, mis mejores deseos, Cristiano Ronaldo’. Ni siquiera lo había pedido. Fue un gesto tan agradable”.

Por último, se refirió al tercero de los mejores jugadores que a su juicio tuvo la suerte de arbitrar: el delantero uruguayo Luis Suárez.

“Mi primer partido con él fue con el Ajax y marcó cuatro goles. Cuando llegué a casa les dije a mis amigos: ‘qué jugador, es increíble. Tenía un lado sucio, como Diego Costa, pero tenía mucho talento", expuso.

Sentenció que “estaba emocionado cuando el Liverpool lo firmó porque sabía qué jugador increíble estaba llegando a la Premier League. Él siempre jugaba al borde y tú tenías que manejarlo. Y siempre te hablaba en español, pero yo había arbitrado en todo el mundo y sabía las palabras feas, así que le devolvía una o dos. Eso le sorprendía”.