Nicolás Castillo arribó al Club América de México a inicios de 2019 con altísimas expectativas tras sus buenas campañas en Universidad Católica y Pumas UNAM, sin embargo, el artillero terminó transformándose en una de las peores inversiones realizadas por el club azulcrema.

En 2016 el delantero fue goleador del Campeonato Nacional tanto en Apertura y Clausura, con 11 y 13 tantos respectivamente. Un año más tarde, en los Auriazules, también se lució marcando 16 tantos en total.

Tras esto, Nicolás Castillo emigró al Benfica de Portugal, donde tuvo un amargo paso, jugando apenas 11 partidos oficiales en un lapso de seis meses. 

Pero el chileno tendría una nueva y flamante chance de retomar su senda goleadora y mostrar su talento a inicios de 2019, cuando regresó a México para fichar por el Club América, que desembolsó entre 10 y 11 millones de dólares para ficharlo por 4 años.

Lamentablemente Castillo comenzó a sufrir gravísimos problemas de salud que le impidieron mostrar sus condiciones, y tras casi un año y medio sin jugar, el club comandado por Santiago Solari le informó que no está en los planes del equipo.

Luego de la amarga teleserie, el medio Infobae tomó la ingrata tarea de calcular cuánto dinero "despilfarró" el elenco azteca en Castillo, llegando a cifras increíbles.

"El futbolista chileno acumula 27 partidos en dos años y medio de contrato. A pesar de que acumula nueve anotaciones y tres asistencias en ese lapso, el balance de inversión respecto al de productividad es desastroso", reportan.

Castillo ya fue informado de que no seguirá en el América.

Castillo ya fue informado de que no seguirá en el América.

El América le paga un sueldo de 3 millones de la divisa norteamericana a Castillo por temporada, por lo que ese monto, sumado a lo invertido en Giovani Dos Santos, los azulcrema "malgastaron" US$ 13 millones en ambos jugadores.

Los números son demoledores, pero vale mencionar que la mala inversión que terminó significando la conratatación de Nico Castillo no responde simple y necesariamente a falta de talento o de gol, sino a lamentables imponderables como su fractura de peroné o la grave trombosis que lo tuvo al borde de perder la vida.