Aucas fue local de Ñublense en la 5° fecha del Grupo A de la Copa Libertadores. Y lo hizo con muchos problemas, pues corrían apenas 10′ y el actual campeón del fútbol de Ecuador se quedó con 10 futbolistas por una expulsión directa.
Todo fue por un agarrón en contra de Patricio Rubio. El “12” de los Diablos Rojos logró girar de tal modo de quedar en una posición muy favorable para enfrentar pie a mano al portero Hernán Galíndez. El autor de esa falta fue Edison Caicedo, quien de inmediato se ganó la tarjeta roja.
El juez venezolano Ángel Arteaga dejó con 10 al local sin ningún titubeo. Mientras tanto, el experimentado defensor de 33 años no podía creer la determinación. “No, profe, no”, le dijo varias veces al réferi de 36 años. Cuando salió del campo de juego, iba al borde de las lágrimas. La imagen era elocuente: bajó al Pato cuando iba en clara posición para anotar.
Pese a que hubo diálogo con el VAR, el juez no hizo más que ratificar la decisión. Con la salida de Caicedo, fue Sergio Quintero quien quedó como zaguero central en compañía de Aubrey David, que representa a Trinidad y Tobago. Con el correr de los minutos, el centroamericano sería clave.
Las dudas y reclamos no bastaron. La decisión estaba tomada. Y en la pelota detenida que dispuso el equipo de Jaime García no hubo peligro. Así las cosas, César Farías saca conclusiones y por ahora no mueve las fichas en el banco del anfitrión.