Con un partidazo y de ida y vuelta volvió el clásico porteño al fútbol chileno de Primera División: fue empate de Everton con Santiago Wanderers por 2-2 en el Sausalito con golazos, un penal perdido por Johnny Herrera y ambiente caliente en las bancas. 

En el primer tiempo hubo algunas emociones, pero no tantas como en el complemento. A los 4’, Camilo Rodríguez casi se hace famoso calzando una pelota de primera y en el aire en lo que pudo ser un golazo, pero desvió. Por su lado, Wanderers contestó con una arremetida del buen Néstor Canelón

A los 21’, la apertura de la cuenta: centro de Maxi Cerato y Juan Cuevas clavó un cabezazo perfecto para vencer a Mauricio Viana. Estaba demasiado solo el puntero y habilitado porque se quedó enganchado Matías Fernández en el Decano. 

El encuentro entró en una laguna y recién a los 36’ se dio otra ocasión de riesgo, cuando Carlos Rotondi definió tras jugada con Néstor Canelón y estuvo sensacional Johnny Herrera abajo para tocarla y enviarla al córner cuando parecía que se colaba. 

El punto anecdótico lo dio un encontró de Miguel Ramírez con un pasapelotas ruletero que estaba muy cómodo en una silla cerca del banco del caturro y se demoró en entregar una pelota, lo que irritó profundamente al ex defensor. 

Uno perdona, el otro no
 

En el segundo tiempo, Everton tuvo innumerables ocasiones para matar e, inclusive, hasta golear en algún minuto. Entrando, a los 50’, la defensa caturra hizo cualquier cosa, se les coló Maxi Cerato y Bernardo Cerezo terminó sacando de la línea. 

Poco después, a los 62’, vía VAR se decretó penal para los ruleteros por camiseteo de Bastián San Juan a Bernardo Cerezo, se paró Johnny Herrera tal como lo hizo ante Curicó pero su fuerte remate al centro fue lanzado afuera por las piernas de Mauricio Viana

Pese a ello, Everton encontró el segundo y parecía la lápida: pelota que quedó flotando en el área y Bastián San Juan la cazó de chilena para anotar un golazo que parecía la lápida para el Decano. Acto seguido, Sebastián Pol la tuvo de puntete y se la atajó Viana, estaba en la lona el equipo de Miguel Ramírez. 

Pero volvió a la vida el verde: minuto 81 y, tras un pivoteo de Matías Marín, Néstor Canelón apareció para devolver al partido a Wanderers

A partir de ahí, estuvo para cualquiera. Lo tuvo Jorge Díaz solo y Viana salvó otra vez al Decano y llegaría lo increíble en los descuentos: se fue Carlos Rotondi por izquierda, sacó un zurdazo y éste, con efecto, se le coló en el segundo palo a Johnny Herrera para la locura y el 2-2 que sería final. 

Wanderers vuelve a Playa Ancha con un gusto más que dulce pese a que no se pudo acercar a la zona de clasificación a copas internacionales. Caso contrario el de Everton, que tuvo para matar, no lo hizo y se debe conformar con quedar abajo de Cobresal en la tabla y, por ahora, fuera de una opción a Copa Sudamericana. Partidazo.