El paso de Arturo Vidal por el Barcelona no estará escrito entre las grandes gestas de su brillante carrera. Y es que además de llegar a un equipo que venía con flecha para abajo tras la mejor década de su historia, el crack chileno tuvo que asumir una crítica permanente: la supuesta carencia del supuesto "ADN Barça" en su repertorio.

Se trata de una suma de intangibles que interpreta al jugador "made en La Masía", el laboratorio de jóvenes que ha prodigado estrellas del talante de Messi, Iniesta, Xavi, Busquets, Piqué, Jordi Alba y Puyol al cuadro culé. Pero la lista de desilusiones es más larga: Oleguer, Bojan, Fontás, Bartra, Deulofeu, Aleñá, Riqui Puig, Mingueza...

Vidal fue cuestionado por tener otro origen, como también el brasileño Paulinho a su tiempo. Y el periodista catalán Ivan San Antonio explicó la razón de fondo, en una ilustrativa columna de opinión en el diario Sport, que surge a raíz de la presentación del mediocampista Franck Kessie como nuevo refuerzo del elenco azulgrana.

La reflexión asegura que a Kessie lo comparan con Yaya Touré y Seydou Keita, pero nadie recuerda a Vidal y Paulinho, que son "similares al del costamarfileño", lo que permite que el africano entre "con la aprobación de quienes emiten su juicio dependiendo de quién esté al mando del club, ya sea en los despachos o en el banquillo".

En ese sentido, "nadie discutió a Touré o a Keita porque llegaron de la mano de Joan Laporta y tuvieron la aprobación de Pep Guardiola. Más difícil lo tuvieron, nada más poner un pie en Barcelona, Paulinho y Arturo Vidal, a los que no se les perdonó nunca no haber nacido con la genética que manda en el fútbol blaugrana"

Según San Antonio, "su aportación fue, números en mano, de notable alto. Algo de culpa tuvo que (Ernesto) Valverde fuera el entrenador y (Josep María) Bartomeu dirigiera el club como presidente. Brasileño y chileno pagaron de forma directa la animadversión del entorno hacia esas dos figuras", concluye el comunicador.

 

 

Al menos, Vidal se fue tranquilo con su aporte en 2020, cuando declaró a La Tercera que "Barcelona tiene que cambiar su forma de pensar. Ya el ADN está quedando atrás y los otros equipos están mejorando en otros aspectos; el fútbol en estos momentos es más físico, de más fuerza y velocidad, y la técnica a veces pasa a un segundo plano".

El mediocampista chileno sumó sus últimos minutos como jugador azulgrana en el histórico 8-2 que le endosó Bayern al Barça en la Champions 2019/20. Luego saldrían Luis Suárez y Lionel Messi, en señal del fin de una era que probablemente no volverá, y en la que el chileno fue protagonista y testigo del derrumbe de un mito.