La jugada la veremos mil veces, pero a Patricio Yáñez le bastó con una vez en 1998. Roberto Baggio sacó un centro desde la derecha del área de Chile y Ronald Fuentes ve como el balón caprichosamente golpea su mano. El árbitro sanciona penal y se arma la batahola.

Fue la jugada más polémica del Mundial de Francia 1998 y el pasaporte a un empate inmerecido para Italia. Pero en la transmisión de TVN los dardos caían sobre Yáñez, quien dijo que el cobro había sido correcto.

Ni siquiera Pedro Carcuro apoyó al Pato. "Él es grande y su opinión es palabra. Todo el mundo estaba con la visión de que no fue penal, pero en fin, eso se arregló a la noche con un buen botellón de vino y el tema no pasó más allá de estar caliente en la discusión", sentenció.

En diálogo con Deportes en Agricultura, Yáñez explica por qué siempre ha creído que hubo penal. "El razonamiento que hice rápidamente es que si Ronald estaba parado en la línea de gol e impide que Italia marque, se habría cobrado", reconoce.

"Eso es lo que yo aprecié, fue la discusión con todo el mundo porque miraba y observaba lo contrario, pero es la gracia del fútbol, que es todo opinable. Jugadas como esa han significado modificaciones al reglamento en torno a las manos en el área", advirtió.

"Por eso ahora los (defensores) centrales ponen los brazos detrás del cuerpo cuando van a la marca, para evitar contacto con algún balón. Igual me hicieron bolsa, pero forma parte de la actividad", reflexionó el mundialista chileno.