Matías Almeyda entró por los palos y se transformó en la carta principal para ser el nuevo entrenador de la selección chilena. El Pelado cumple con el perfil descrito por la ANFP de ser un técnico joven, “con hambre”, sudamericano tras descartarse los españoles y restan avances en la negociación para poder cerrarlo, como dar por finiquitado su contrato vigente con San José Earthquakes, de la MLS

Y la historia del ex seleccionado argentino como entrenador partió de manera bastante abrupta. Federico del Río, editor periodístico de La Página Millonaria, el sitio partidario por excelencia de River Plate, recordó a RedGol los primeros pasos de Almeyda detrás de la línea de cal. 

“El día que River se va al descenso no puede jugar el segundo partido con Belgrano de la promoción, estaba suspendido. Sí jugó en Córdoba. Esa misma noche los jugadores estuvieron encerrados en la concentración un largo rato porque se metió la barra. En ese momento le dijo a Passarella que quería ser el técnico. Había vuelto a jugar al fútbol después de cuatro años de haberse retirado. De un día para otro pasó de ser jugador al técnico de River”, contó. 

Sobre el estilo que impuso ahí, dijo que “le tocó dirigir a la mayoría de sus compañeros. Trajo algunos refuerzos también. Arrancó jugando con un 4-4-2 sin enganche, los delanteros eran Chori Domínguez y Cavenaghi. Jugaba con doble 5 que alternaba. Jugó mucho Aguirre, arrancó Nico Domingo, después apareció Cirigliano que fue un juvenil que le fue bastante bien hasta que se pinchó. A mitad de temporada volvió Ponzio de Europa, pero siempre con otro volante al lado”. 

Asimismo, recordó que “por las bandas hizo debutar a Lucas Ocampos, jugó toda la temporada en la B, un partido en Primera y River lo vendió. Fue su gran descubrimiento, tenía 17 años. Luego vino Trezeguet y Almeyda algunos partidos los puso a los tres con el Chori Domínguez de una especie de enganche. También cambió a tres defensores centrales. Carlos Sánchez y Lucas Ocampos hacían toda la banda”. 

Pero también tuvo sinsabores con los referentes. “Lo más polémico quizás fue la relación Cavenaghi – Domínguez – Trezeguet. Después que asciende River, limpia del plantel a Cavenaghi y Domínguez, que eran dos jugadores que volvieron cuando él asumió y cuando River descendió. Eran los capitanes, los emblemas. Pero terminó y los separó porque quería un equipo más dinámico y veloz, esa fue como la ‘excusa’”, aseveró Del Río. 

Finalmente, manifestó que “Cavenaghi y Domínguez lo mataron, después por los medios y a la distancia él pidió perdón y quedó todo ahí. Pero Almeyda se dejó presionar por Passarella que los quería echar y si quería seguir como técnico en Primera, los debía limpiar y dejar a Trezeguet como capitán. Cedió y los echó, a los dos ídolos del momento una semana después de volver River a Primera”. 

Tras su paso por River Plate, Matías Almeyda ascendió también a Banfield para luego emprender una aventura en México donde ganó todo, incluyendo la Liga de Campeones de la Concacaf, con las Chivas de Guadalajara.