Nueva Zelanda fue superior a Qatar al cabo de la primera etapa de un amistoso disputado en Austria. El Kiwi Rojas tuvo un papel protagónico en el primer tiempo. Pero sobre el final, hubo un hecho que terminó con el retiro de los All Whites durante el descanso. Los oceánicos se negaron a volver al partido por un caso de racismo en contra de Michael Boxall.
A raíz de eso, el cuadro neocelandés tomó una decisión drástica. Por supuesto, la decisión fue tomada en conjunto en el camarín del Sonnenseestadion, en Ritzing. Según el comunicado que emitió el combinado nacional del que forma parte Marco Rojas, fue porque “no se tomaron medidas oficiales. Ante eso, el equipo acordó no salir a jugar el segundo tiempo“.
Con el correr de las horas, llegó la declaración pública de la Federación de Nueva Zelanda. Profundizó en la explicación emanada apenas zanjada la determinación en el vestuario. “En el minuto 40 del partido, un jugador qatarí lanzó un insulto racista hacia Michael Boxall tras un enfrentamiento entre ambos”, reza la publicación.
“Ese insulto racista fue escuchado por varios jugadores. Incluido Boxall. Los jugadores informaron el incidente, pero no se tomó ninguna medida oficial”, refrenda la versión del plantel neocelandés. Y apunta el dardo hacia el juez austriaco Manuel Schüttengruber y sus dos compatriotas colaboradores: Roland Brandner y Santino Schreiner.
Director ejecutivo de los All Whites le saca brillo al retiro y combate el racismo “No hay lugar para eso en el fútbol”
Ante toda esta situación, fue el director ejecutivo de la seleción de Nueva Zelanda, Andrew Pragnell, quien sacó la voz para masificar todavía más la postura. Más allá de posibles represalias, hay momentos en que no está permitido ser neutral.
Fue eso lo que pensaron en los All Whites. “Apoyamos totalmente la acción de nuestros jugadores. Nunca queremos ver un partido abandonado, pero algunos problemas son más importantes que el fútbol. Y es importante tener una postura. No hay lugar para el racismo en el deporte”, dijo también Pragnell. ¿En qué terminará esta historia? El tiempo dirá…