Una de las mufas más conocidas en el fútbol es no tocar el trofeo antes de ganarlo. Innumerables casos se han dado a través de la historia en que un jugador de un equipo posa su mano en alguna copa al salir a la cancha y luego lo “paga” en el partido.

Pero dicha superstición murió en Sudamérica este año: jugadores de Flamengo e Independiente del Valle no quisieron saber de creencias raras, tocaron las respectivas copas y salieron campeones.

El caso más reciente y emblemático es el de Gabriel Barbosa, Gabigol, quien puso su mano sobre la Copa Libertadores ante del encuentro con River Plate y no sólo dio la vuelta, sino que marcó los dos tantos milagrosos cuando el partido se iba para el triunfazo del Mengao.

Por su parte, Anthony Landazuri, defensor de Independiente del Valle, hizo lo mismo en Asunción ante Colón y su equipo dio a vuelta olímpica.

Seguramente habrá jugadores que sigan creyendo, pero esta famosa mufa ya no será igual de acá en más. O, al menos, no será excusa.