Cada vez que pasa algo que consideramos impropio siempre sacamos a colación el típico “en Europa esto no pasa”, como si todo lo malo viniera de esta parte del mundo y al otro lado del charco todo es perfecto, todo funciona y la vida es ideal.

Sin embargo, varias veces vemos como esa regla se rompe, sobre todo si metemos a la ecuación el fútbol. Así fue como en Inglaterra la revancha entre Wolverhampton y Liverpool por la tercera ronda de la FA Cup (2-2 en la ida) apenas se alcanzó a jugar por unos segundos antes que la luz del estadio se cortara.

Tal como lo leyó. Con 18 segundos en el reloj las luces del estadio se apagaron, dejando el Molineux Stadium completamente a oscuras cuando Adama Traoré intentó desbordar y generar peligro desde la banda derecha.

Afortunadamente así como se fue, la luz volvió a los pocos segundos, permitiendo que el compromiso se realizara sin mayores problemas. ¿Qué pasó entonces? Tal vez alguien pasó a llevar el interruptor del estadio sin querer.

Mira el momento que se apagó la luz del Molineux Stadium:

Al final el partido lo terminó ganando la visita gracias al gol de del juvenil Harvey Elliott al minuto 13, sacando así pasajes a la siguiente ronda, donde el Liverpool se enfrentará al Brighton, club que viene de hacerle tres en la última fecha de la Premier League.