El fútbol argentino nos tiene acostumbrados a su rudeza y su alta intensidad para vivir el juego, pero esa vehemencia muchas veces puede traer duras consecuencias. Y así sucedió recientemente en el Torneo de Reservas de Argentina, donde el duelo entre Unión de Santa Fe y Platense dejó a medio mundo preocupado.

Se jugaban los minutos finales del empate 2-2 del Calamar visitando al Tatengue en el Estadio 15 de Abril cuando Matías Godoy fue con todo para sacar un centro intentando encontrar un gol de último minuto que les diera una victoria, pero terminó de una manera que de seguro ni se imaginó.

Godoy había entrado a jugar en el minuto 31 del segundo tiempo, pero su ímpetu le jugó una mala pasada. Corrió a toda velocidad para sacar un centro bastante exigido, y cuando logró disparar se fue contra una barrera al costado de la cancha y cayó de cabeza al pozo que divide la canca y la galería.

Tanto compañeros como rivales y hasta el cuerpo arbitral se dirigieron raudos a prestarle asistencia y tras minutos de muchísima preocupación e incertidumbre el joven futbolista de Platense logró salir caminando de la fosa y, además, ileso de milagro.

Matías Godoy salió sano y salvo del pozo tras protagonizar una caída que dejó a todos muy preocupados, y de seguro en el cuerpo médico de Platense de igual manera le harán exámenes para descartar cualquier problema mayor producido por el golpe y que la adrenalina del momento le haya impedido percibir. De todas maneras, el jugador la sacó barata en esta pasada.