Una de las imágenes más recordadas en la historia reciente de la Champions League es el zapatazo de Andrés Iniesta en la vuelta de las semifinales ante Chelsea, sobre los últimos minutos, que le permitió a Barcelona encaminar su histórico sextete y consagrarse como uno de los mejores equipos de la historia.

Sin embargo, ese encuentro estuvo manchado por polémicas arbitrales pues el principal Tom Henning Ovebro sentenció dos posibles penales por manos de Gerard Piqué y Samuel Eto'o. Eso generó la rabia total de jugadores como Michael Ballack y Didier Drogba, reclamos que para poco sirvieron.

Sobre ese encuentro, uno de los protagonistas fue John Obi Mikel. "Hubo caos en el túnel y los vestuarios después. Las botellas y otras cosas volaban por todas partes. Se rompieron mesas. Todo el mundo gritaba y chillaba", comentó el actual jugador del Stoke en una entrevista con The Athletic.

Para Chelsea fue un fuerte golpe perder esa semifinal pues era uno de los equipos que más había invertido en esos años y la molestia por lo sucedido fue total. "Drogba perdió los papeles en el campo y continuó a partir de ahí", manifestó el nigeriano sobre aquella fatídica noche en Old Trafford.

Tras ese compromiso, Barcelona avanzó a la final de Roma en la que se midió a Manchester United, al que se impuso con una cómoda superioridad con marcador de 2-0 gracias a los goles de Samuel Eto'o y Lionel Messi.