Instantes de gran terror se vivieron este sábado en la ciudad deportiva del Olympique de Marsella, en Francia, cuando cientos de mal llamados hinchas irrumpieron en La Commanderie con extrema violencia para pedir la dimisión de la directiva del equipo debido a los malos resultados.

Con palos, piedras, bengalas, lienzos e incluso armas blancas, unos 300 ultras de Les Olympiens llegaron esta mañana a las puertas del recinto del club, rompiendo sin problema alguno la resistencia del portón e ingresando al lugar generando álgidos momentos.

Olympique de Marsella es actualmente séptimo en la tabla de la Ligue 1 con 32 puntos, a sólo 14 de su clásico rival, Olympique de Lyon, sin embargo, los fanáticos consideran que esto resulta inaceptable por lo que exigen la renuncia del directorio completo del equipo.

Tras ingresar a La Commanderie, los desaforados prendieron fuego, instalaron barricadas, apedrearon el bus y lo pintaron con consignas de amenaza a los jugadores y timoneles del club, aunque Jacques-Henri Eyraud, el presidente y dueño del equipo galo, fue a quien le dedicaron la mayoría de los gritos y cánticos.

El ataque ocurrió mientras André Villas-Boas y sus dirigidos se econtraban dentro del lugar, por lo que tuvieron que resguardarse con gran temor en uno de los salones de la ciudad deportiva a la espera del arribo de la policia.

Álvaro González, central español del Marsella, no intentó esconderse ante del ingreso de los hinchas y mientras intentaba poner la calma y hacerles entrar en razón, recibió un fuerte golpe en su espalda con un objeto contundente que habría sido lanzado por uno de los delincuentes.

Los ultras exigen la dimisión de la directiva del club.

Los ultras exigen la dimisión de la directiva del club.

Afortunadamente la familia del jugador aseguró que González no quedó con secuelas físicas de consideración, pero sí "impresionado y shockeado" por el nivel de violencia mostrado por los ultras.

Varios miembros del plantel sufrieron robos de objetos personales, como ropa, botines, bolsos e incluso celulares, ya que ante la fuerte escena de los ataques muchos corrieron dejando atrás sus pertenencias.

El escándalo terminó con un saldo de al menos 25 detenidos, y con el partido del Olympique de Marsella ante Rennes -que se debía jugar este sábado- suspendido tras la gravedad de los hechos, y se espera que en las próximas horas el club emita un comunicado condenando lo sucedido.