La Superliga es un hecho y la guerra explotó en Europa entre los 12 equipos fundadores de la competición, el resto de clubes, UEFA y FIFA. La idea de los "rebeldes" es sumar tres instituciones más a la lista de fijos y esperaba que una de esas vacantes fuera del Bayern Munich, que respondió con un contundente no.
Los actuales campeones de la Champions League alzaron la voz en contra de los poderosos que rompieron la historia del fútbol europeo para siempre. "Bayern no ha participado en la planificación de una Superliga. Estamos convencidos de que el actual modelo del fútbol garantiza una base seria", afirmó su director general, Karl-Heinz Rummenigge.
El histórico jugador alemán le dio la bienvenida a las modificaciones hechas a la competición de la que aún son monarcas. "Creemos que es el paso adecuado para el desarrollo del fútbol europeo. La ronda preliminar modificada contribuirá a generar más tensión y emoción a la competición", indicó.
Rummenigge rechazó la postura de los 12 equipos que lideran la iniciativa. "No creo que la Superliga vaya a solucionar los problemas económicos de los clubes europeos derivados por el coronavirus. Más bien, todos los clubes de Europa deberían trabajar de forma solidaria para garantizar que la estructura de costes, especialmente los salarios de los jugadores y los honorarios de los asesores, se ajusten a los ingresos para que todo el fútbol europeo sea más racional".
La lucha entre los que están a favor y en contra empieza a hacerse notar en cuanto a la Superliga. El panorama es incierto pero el Bayern Munich ya tomó una clara postura para su futuro.
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