Defensores de los Derechos Humanos condenaron la decisión de que la FIFA firmara un acuerdo de patrocinio con el organismo de turismo de Arabia Saudita para el próximo Mundial de Austria y Nueva Zelanda, uniéndose a grandes marcas. Lo situación la calificaron como "lavado de imagen". 

La molestia en las organizaciones y también en los anfitriones de la Copa del Mundo radica en que el país árabe es uno de los que constantemente está oprimiendo las libertades de las mujeres y sus derechos, por lo que sería contraproducente que fueran parte de los principales auspiciadores del Mundial femenino que comenzará el 20 de julio. 

La Federación de Fútbol australiana escribió en un comunicado que "estamos muy decepcionados. No nos han consultado antes de tomar cualquier decisión". Mientras que la federación neozelandesa también publicó: "Si estos informes son ciertos, estamos conmocionados y decepcionados. Nosotros tampoco hemos sido consultados".

Hasta ahora ni el ente rector del fútbol mundial ni Visit Saudi se han pronunciado, pero sí lo han hecho diversos activistas de Derechos Humanos. Nikita White, activista de Amnistía Internacional en Australia declaró que "sería bastante irónico que el organismo de turismo de Arabia Saudí patrocinara la celebración más grande del deporte femenino en el mundo cuando consideras que, como mujer en Arabia Saudí, ni siquiera puedes tener un trabajo sin el permiso de tu tutor masculino".

Minky Worden, directora de iniciativas globales de Human Rights Watch, recalcó que "es un desprecio impactante. Vale la pena recordar que, en una fecha tan reciente como en 2018, a las mujeres y las niñas de Arabia Saudita no se les permitía practicar deportes en las escuelas, ni siquiera acudir a los estadios", sentenció.