Colo Colo cayó de forma estrepitosa con un equipo alternativo en su viaje a Chillán. Jorge Almirón decidió guardar lo mejor de su contenido para el duelo ante Fluminense del martes y sacrificó, por el momento, el Campeonato Nacional. ¿Cómo jugaron los guerreros albos? Acá el uno a uno:

Brayan Cortés (5,5): de lo mejor de Colo Colo. En la primera mitad fue el héroe albo en varias ocasiones, siendo primordial el tremendo achique que hizo a los 33’ para detener a Graciani, que se escapaba mano a mano ante el portero. Ninguno de los goles fue su culpa, aunque en el tercero la pelota le pasó por entre las piernas. Sólido bajo los palos, correcto con los pies. Gritó más que de costumbre, por las constantes fallas del fondo albo, pero no consiguió más que quedar ronco… o bueno, con una voz levemente menos aguda.

Jeyson Rojas (5,5): muy bien en ofensiva, menos en labores defensivas. Jeyson Rojas sube y baja, crea y despeja, pero no hace ambas con la misma calidad. Cuando aporta en ataque contribuye mucho al equipo. Su participación ante Ñublense fue digna de realzar, considerando que buena parte de las acciones de peligro del Cacique pasaron en algún momento por sus pies. Ahora, tiene que mejorar la confianza para meter la pierna fuerte. En el tercer gol se resbala en la marca y deja un amplio espacio para el centro rasante que terminó en el gol de Pato Rubio.  

Bruno Gutiérrez (5,5): atento en el fondo. Evitó varias en el primer tiempo y parecía que su solidez contribuiría a que Colo Colo pudiese descansar su atención en la zona defensiva. Pero, en el complemento tuvo un bajón, igual que el resto de sus compañeros. Se ganó una amarilla a los 68’ y no pudo ganarse el clamor de los que están en búsqueda del tercer central del Popular. Al menos, su CV está en el escritorio de Almirón.

Emiliano Amor (3,5): tanta corporalidad, ¿para qué? Si graciani le sacó ventaja sin problemas en la jugada de gol. Tanta altura, ¿para qué? En el tiro libre que significó el segundo tanto de Ñublense Cerezo le ganó fácilmente el cabezazo. ¿Amor para qué? Si puede haber odio. Odio a los errores en el fondo, a la lentitud, a la falta de reacción. Le falta mucho al defensor albo. Hay que ver si conviene seguir dándole la confianza para que agarre confianza o resignarse y poner otro nombre por encima del suyo en las variaciones de Almirón.

Daniel Gutiérrez (5,5): se dice siempre que el tercer central de Colo Colo es Emiliano Amor, pero poco se habla de lo que aporta Daniel Gutiérrez cuando se atornilla en el fondo. Jugó un buen partido en la zona defensiva. De hecho, el gol vino precisamente por la parte más débil de la defensa alba, que no es precisamente la suya. Además, tiene otra característica muy interesante: tiene buen toque de balón. Es por eso que cuando la pelota está entre sus zapatillas, es casi un hecho que el equipo saldrá bien.

Lucas Soto (5,8): interesante apuesta en el equipo B de Colo Colo. Lucas Soto fue de lo mejorcito del cuadro albo, desbordando constantemente y siendo un agente ofensivo que desequilibra. A trabajar, mejorar los centros, porque de los tantos que tiró, pocos consiguieron encontrar a algún compañero. Tiene mucho por seguir creciendo, pero da para esperanzarse.

Gonzalo Castellani (4,5): si se esperaba que fuera un revulsivo y que tuviera un rendimiento descollante (utilizando palabras favoritas de los diccionarios de periodistas deportivos), él quizás no cumple con esa expectativa. Falta que se adapte al equipo y a la propuesta de Almirón, es cierto, pero a primeras uno podría decir que es una ficha que rellenará, más que un crack que pasará a la historia. Puede ser un juicio apresurado, pero a veces las primeras impresiones no se equivocan. Dejó el campo a los 62’ por Matías Moya.

Vicente Pizarro (5,8): su juego no es grandilocuente, pero cumple con amplio margen. Sabe poner pelotas al pie y meter balones en profundidad. Pese a ello, Colo Colo no opta siempre en salir jugando a través de Pizarro, lo que se debe también a las cualidades de las bandas, que se utilizan mucho más en forma ofensiva. Es por eso que se escucharon más los nombres de Rojas o Soto. Podría ser más protagonista, si el esquema lo permitiera, pero parece aplastado por la idea del propio Almirón. O quizás sea lo eclipsado que está por los nombres de lujo que llenan su zona de juego en Colo Colo, cuando el DT se planta con los titulares.

Lucas Cepeda (-): poco duró el superhéroe de la Copa Libertadores. Una disputa de balón concluyó con el jugador agarrándose el cuádriceps. Trató de seguir un rato, pero no podía más. Alcanzó a mostrar detellantes momentos, pero es poco lo que se puede hablar de él. En Colo Colo esperan su pronta recuperación.

Damián Pizarro (5,5): sigue siendo lo mismo para el joven atacante colocolino. Juega bien, se desmarca, tiene potencia e, incluso, se lanza piruetas, como la chilena al comienzo del segundo tiempo. Sin embargo, sigue siendo muy preocupante su falta de definición, porque el último puntazo suele ser bastante errático. Subió notoriamente su rendimiento en la segunda mitad, cuando Bolados se tiró por la banda derecha. 

Leandro Benegas (3): ¿Jugó? Sí, y lo hizo mal. Desaparecido en el ataque de Colo Colo, no pudo tener más de tres segundo seguidos la pelota en lso pies. Con él, el Cacique perdió en la parte ofensiva, porque se le notó demasiado falto de fútbol. Errante en el campo. Uno de sus momentos más aplaudidos fue cuando dejó el campo, ingresando Bolados en su lugar, al inicio del segundo tiempo. 

Pablo Parra (5,2): ganas, tiene. Basta con eso, no siempre. No obstante, Pablo Parra se hace maña para que el esfuerzo eclipse sus errores. Es rápido y ágil, pero la toma de decisiones… está al debe. Tuvo la oportunidad para demostrar que puede ser la alternativa por sobre Cepeda, a quien suplió a los 27’, pero es un jugador cuya ausencia no se resiente… así como tampoco su presencia.

Marcos Bolados (5,8): se notó mucho su presencia. Apenas entrado a la cancha fue claro que Colo Colo ganó en ofensiva y los primeros minutos del tiempo complementario lo tuvieron como gran protagonista. Se fue diluyendo, pero aún así siempre tiene ese don de aparecer cuando nadie espera que el comentarista entone su nombre. 

Matías Moya (5): ingresó a los 62′ por Castellani, pero al igual que su compañero de posición, no fue un gran aporte en el juego albo.

Diego Plaza (-): ingresó a los 84’ por Lucas Soto, poco que destacar, aparte de que se ganó rápidamente una amarilla.

Ignacio Jara (-): entró a los 84’ por Damián Pizarro. No mucho que decir.