Que tus sueños sean más grandes que tus miedos es el refrán que el 2021 empezaron a experimentar en Colo Colo con sus divisiones inferiores, entendiendo que tenían joyas que debían pulir lentamente para que pudiesen llegar al primer equipo. Es parte del famoso proyecto 60/40 de los albos, donde la intención es estar en el 2025 con más futbolistas de la cantera que los que puedan comprar.
Por eso el trabajo ha dado frutos, con tres deportistas que destacaron en el equipo de Gustavo Quinteros. Se trata de Jeyson Rojas, Vicente Pizarro y Joan Cruz, baluartes que seguirán consolidándose en el club en un futuro junto a otros compañeros que emergen de las inferiores.
Rojas acomodó su juego. De ser central en el Fúbol Joven pasó a jugar como lateral derecho. Sus grandes cualidades defensivas las mostró rápidamente, adueñándose de la banda. Una lesión lo sacó de la titularidad justo cuando volvió Óscar Opazo, por lo que se dio un duelo interesante entre ambos. Luego, Martín Lasarte lo llamó a la Roja, donde fue uno de los pocos jugadores en ser titular en ambos partidos de la gira a Estados Unidos, donde lo ubicó como lateral.
El caso de Pizarro también fue llamativo. Empezó a tomar rodaje recién en la Copa Chile de esta año, pues antes de eso el cuerpo técnico lo consideraba aún muy enclenque para el alto rendimiento. Ganó en masa muscular, potenció sus habilidades y debutó como titular ante la UC en San Carlos, demostrando una gran personalidad que lo conviertieron en un fijo para el DT. Renovó por el Cacique hasta el 2024.
Cruz tuvo que soportar un inicio complicado, pues en uno de sus primeros partidos salió expulsado cuando apenas llevaba 4 minutos en la cancha ante Audax por una tremenda patada. "Sólo quería aprovechar mi oportunidad y no dar por perdido ningún balón", confesó el diamante albo. Fue fuerte de cabeza y volvió a tener oportunidades con Quinteros, donde incluso se mandó un golazo en la final de Copa Chile ante Everton. En la Selección Sub 20, en un cuadrangular internacional, fue la figura con dos asistencias y un gol.
De esta manera, Colo Colo empieza a pagar una deuda importante que tenía con su historia: la de sacar grandes promesas para el fútbol chileno desde sus divisiones inferiores, pues hace mucho tiempo no se veía tanta materia prima junta para ilusionar a los fanáticos de que un nuevo día vendrá.
