Pablo Solari tuvo una emotiva tarde-noche en Viña del Mar. El público de Colo Colo le brindó mucho cariño apenas saltó al calentamiento con sus compañeros de River Plate, dejando en claro que quedó para siempre en el corazón de los hinchas albos.

Después recibió un reconocimiento especial, pues su amigo Gabriel Suazo le entregó una medalla de campeón por su aporte a lograr la estrella 33. Junto a eso, se abrazó con sus ex compañeros y además con el cuerpo técnico que encabeza Gustavo Quinteros.

Todo ese cariño lo devolvió en cierta forma a los 13 minutos. Luego de una exquisita definición ante Brayan Cortés, donde le picó la pelota tras entrar muy libre por el centro del área, no quiso celebrar el gol emulando a lo que alguna vez pasó con Marcelo Barticciotto, en el siglo pasado.

Esta vez no agachó la cabeza, sino que llevó sus manos sobre su cabeza para pedirle perdón a los fanáticos del Cacique, que en su mayoría estaban instalados en la galería detrás del arco que defendía en ese momento el portero de los albos.

Luego, en el segundo tiempo, anotó el empate 3-3 transitorio y nuevamente se disculpó con los colocolinos por haber convertido, sin mostrar la euforia característica de un delantero que marca.

Un gol triste en la carrera del Pibe, aunque fue en un amistoso y en un escenario propicio para que no tuviera sentimientos encontrados. De todas formas, el respeto que exhibió fue muy valorado por los alboadictos que llegaron en masa al Sausalito.