Iván Morales se vio envuelto en tremenda polémica justo cuando había tomado la titularidad en Colo Colo y donde siempre quiso: como 9, centrodelantero, el puesto que más le gusta y que llevó incluso en su momento a que su representante le mandara recados a Mario Salas a través de los medios.
Todo se dio luego de la denuncia de vecinos de Las Condes, quienes lo grabaron en constantes fiestas en cuarentena y hasta tirando fuegos artificiales en un edificio para el año nuevo. Todo esto derivó en que Colo Colo lo “encerró” en la Casa Alba y hasta meditó su continuidad, pero se salvó por el “cariño” que le tienen y su arrepentimiento.
Así lo reveló Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro, tras la reunión de directorio de la concesionaria que administra al Cacique. “No compartimos para nada el tema personal y de conducta que tuvo Iván (Morales). Si no hubiese sido él, por el cariño, seguramente no estaría en la institución”, sentenció el empresario de origen sirio en conferencia de prensa.
“Creemos que tomamos la medida correcta, sacarlo del lugar de los hechos, traerlo a Casa Alba y ahora su única misión es concentrarse en los partidos que quedan”, complementó sobre su regreso al estadio Monumental.
Finalmente, manifestó que su permanencia no está asegurada. “Cuando terminen estos cuatro partidos vamos a conversar con él, el técnico, el representante para ver las condiciones de su continuidad en Colo Colo. Está arrepentido, acató todas las medidas y eso nos tiene contentos”, remató.
Iván Morales, de 21 años, tiene una cláusula de salida de 5 millones de dólares y se pudo ir a España en 2019, cuando un grupo inversor de dicho país puso 3 millones de la moneda estadounidense en la mesa para llevárselo al Sporting de Gijón. La oferta fue rechazada.