Iván Zamorano tuvo una carrera espectacular como futbolista y fue campeón con Cobresal, Real Madrid, Inter de Milán y América, pero le faltó un título con Colo Colo. Y Carlos Chandía es protagonista del día en que casi lo logra.

El histórico exárbitro chileno dirigió en cancha aquel día en que Bam Bam estuvo cerca de conseguirlo hace 20 años, y revive la agresión que sufrió de su parte y que obligó al exdelantero criollo a ponerle punto final a su carrera.

Carlos Chandía revive agresión de Zamorano

Este 6 de julio recién pasado se cumplieron dos décadas de aquel día en 2003 cuando Cobreloa y el Cacique disputaron el título del Campeonato de Apertura, el que podía haber sido el primero nacional del legendario delantero. Pero todo terminó en un escándalo.

“¿20 años ya? No recordaba que había sido en esta fecha. La situación, sí, la recuerdo como si fuera ayer, en realidad. Iván se salió de madre. Me trató de ‘huaso conchetumadre’“, dispara de entrada Carlos Chandía a La Tercera.

‘Sin el parche de la FIFA no valís nada’, recuerdo que me dijo. Yo le dije que era huaso a mucha honra. Me tiró un patada al tendón de Aquiles, que casi se me había cortado. Me tiró a pisar. Esa lesión me había tenido complicado. Y dos combos cortitos. Uno por la espalda y uno al estómago“, revive.

Iván Zamorano protagonizó un escándalo histórico con Carlos Chandía. | Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera

Iván Zamorano protagonizó un escándalo histórico con Carlos Chandía. | Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera

El actual alcalde de Coihueco también detalla por qué expulsó a Bam Bam. “Eso le pasó por empujar a Villaseca contra Rodrigo González, mi asistente. Por eso se fue Zamorano”.

“Se habían ido Villaseca y Riffo, por pegarle dos cachetadas a González. ‘Dos veces offisde, conchetumadre’, le había dicho Riffo. Se fueron los tres. (Marcelo) Espina trataba de calmar los ánimos. El partido terminó 4-0. Un par de goles se comió el Etiqueta Negra, como le decía a Johnny Walker. Se reía cuando se lo decía”, complementa.

Tras eso destaca que Jaime Pizarro, DT albo ese día y actual ministro del Deporte, “fue siempre un caballero y fue a disculparse al camarín. Le acepté las excusas”.

“También le hablé de Zamorano. ‘No me quiero encontrar con ese weón. Si lo pillo, le saco la reconchesumadre. Así, tal cual. Ahí va a ver lo huaso que soy. Carabineros nos tenía un pasillo. Los jugadores estaban arriba del bus”, rememora.

Situaciones extrañas

Hubo un error desde el principio: nos mandaron en el mismo vuelo. Ahí empezó todo. Enrique Aguayo, el sicólogo de Colo Colo, cuando llegamos a la cinta para dejar el equipaje, me dice que los jugadores estaban muy contentos porque los iba a dirigir yo y que Iván me tenía la camiseta de regalo”, cuenta el exjuez.

‘Dígale al weón que tiene fuerza, que empuje el avión’, le contesté”, agrega para contar que la camiseta jamás apareció. “No era el momento, tampoco”, apunta Chandía.

Ahí Chandía resalta que a Bam Bam “se le terminó la carrera. Y que agradezca que no lo denuncié a la FIFA, porque ahí le habría salido más salado. Al final, le dieron 11 fechas”.

La sanción por agredir a un réferi puede ser de hasta 50 partidos, y Chandía deja en claro su teoría. “Se negoció con él para que se retirara. En ese tiempo, el presidente del tribunal era Ángel Botto. El castigo a Zamorano fue negociado. Botto se lo puede explicar”, revela.

Todo bien

“No me siento defraudado de nadie. Podría sentirlo de mis hijos, de mi señora. De Iván sigo teniendo la imagen de un luchador, de un guerrero, de un tipo que le ganó a la vida“, aclara Chandía.

“A mí no me generó inconvenientes con hinchas ni nada. Me dio pena, porque Zamorano no merecía un final así y yo tampoco la humillación“, agrega.

Carlos también cuenta que “nos encontramos para la despedida de Fernando Cornejo, en Calama. Ahí nos arreglamos. Se había disculpado. El tema pasó al olvido salvo cuando me lo recuerdan, como ahora”.

“No es que me recuerde siempre de lo que pasó. Coincidimos en el hotel Diego de Almagro de Calama. Fue ameno. Tengo una foto con Elías Figueroa y Mario Soto, riéndonos. No tengo un mayor recuerdo del diálogo con Iván. Hubo un saludo, cariñoso. Eso sí”, cuenta.

“Luego nos vinimos juntos en el avión a Santiago. Yo estaba en proceso de pretemporada en Curacaví. Aprovechamos de hablar. Nos tocaron los asientos 1A y 1B. Capaz que alguien haya sido el de la idea. Ahí hablamos. Se disculpó otra vez. Y ahí el tema quedó para mí. Ya está solucionado”, concluyó.