Yury Fernández es protagonista de la polémica en la Municipalidad de Talcachuano luego que saliera a la luz una grave denuncia por acoso sexual del ex DT de Huachipato, Santiago Wanderers y Universidad de Concepción.
La denunciante de iniciales A.A.A.C. acusó a Fernández por acoso sexual, hechos ocurridos mientras se desempeñaba como secretaria de la Dirección de Administración de Educación (DAEM) del municipio de Talcahuano, donde el ex entrenador desempeña actualmente las labores de director subrogante.
Según se detalla en la causa T-389-2019 revelada por La Cuarta, Fernández comenzó a acosar a A.A.A.C. cuando asumió como reemplazo de la secretaria titular del DAEM y el director técnico era encargado del departamento extraescolar del organismo. Al asumir como Director Subrogante, el acusado intensificó el hostigamiento sexual aprovechando su calidad de jefe directo.
“El ex entrenador, ante la negativa de la joven a acceder a sus requerimientos instruyó, recomendó y en definitiva concretó su desvinculación del departamento de Educación Municipal. Por lo mismo, el despido no es sino una consecuencia directa de la situación vivida por la víctima”, se lee en la causa.
Cabe destacar que la denunciante ganó su demanda y el Juzgado de Letras del Trabajo de Concepción dictaminó que la secretaria debe ser reintegrada de inmediato a su cargo en la DAEM.
En los testimonios de la causa se consigna que Fernández le decía a la mujer frases en doble sentido para posteriormente disculparse argumentando “que eran bromas”.
“Oye flaca, viniste a mi oficina, ándate luego para que me alegres el día” (en clara alusión a mirarle el trasero), “tengo muchas propuestas, decentes e indecentes”, “no seas grave, si es una raya en el agua”, “tu mamá te echaba polvos polvos Royal que tenís tanto poto” y “una cortita y quedamos arreglados”, son los dichos de Yury Fernández consignados en el documento.
Incluso, se detalla que todo “llegó a su peak cuando asumió como director del DAEM, llegando al extremo de un episodio asqueroso, en que ella caminaba por el pasillo y él se le apegó poniéndole una mano en la espalda para voltearla y mirarle el trasero”.