Uno de los momentos más recordados del fútbol chileno es el día en que, desde una tribuna, cayó una empanada a la cancha. Fue en 2016 cuando, durante el duelo entre Unión La Calera y Palestino, desde una de las galerías del estadio Lucio Fariña de Quillota lanzaron la tradicional comida chilena.
En aquel momento, el árbitro Piero Maza se encargó de recibirla y sacarla de la cancha en medio de risas de los presentes. No obstante, poco se supo de lo que pasó posteriormente y las versiones de los propios involucrados.
Piero Maza conversó con el sitio ArbitroCL y, además de contar cómo fue que ocurrieron las cosas, reveló que fue uno de sus asistentes el que se terminó deborando la empanada, que por lo demás reconoció que estaba bien preparada.
“Para resumir, no pensé que todo el caso de la empanada se haría tan famoso. El cuarto árbitro, Franco Arrué,se la terminó comiendo”, lanzó el actual pilar del arbitraje nacional.
Pero cuando parecía que la historia llegaba a su final, nuevos antecedentes llegaron a ponerle más “pino” al asunto. En conversación con RedGol el acusado de quedarse con la comida se defendió y hasta desmintió a su colega.
Franco Arrué se sinceró, contanto su versión de los hechos. “Veo que lanzan algo de la tribuna del frente en un Calera con Palestino en Quillota y como estábamos con intercomunicador me dice que estaban tirando cosas, proyectiles… Y cuando se acerca, ve que era una empanada”.
“Piero me dice que me meta a la cancha para recibirla y le dije que no, que cómo iba a entrar para retirar eso. En un momento, cuando va caminando, Piero se ríe y es por lo que le dije. Me dice que vaya, me la pasa y era una empanada con una moneda de 50 pesos. Me pide que digan por altoparlantes que no tiren proyectiles”, agregó.
Ante la acusación de Piero Maza de que se la había comido, Franco Arrué aclara las cosas. “Me acerco para dejarla encima de un murito y los cabros de la banca de Calera estaban muertos de la risa. Yo tenía, no amigos, pero sí siempre tuve buena onda conHugo Bascuñán. Cuando me acerqué a la banca, le dije que parecía que costaban 950 pesos, porque la tiraron con el vuelto”.
“La dejé en el murito y me olvidé. Había una persona de la ANFP a la que le dije a la pasada que avisaran por altoparlante que no lanzaran cuestiones”, agregó antes de negar que se la llevó para él. “Dijo que me la comí, jajajá. Estaba calentita todavía”.