Una de las principales novedades que se esperan a nivel de la ANFP es la reforma de los estatutos, en acuerdo con los reglamentos de la FIFA. Sin embargo, el Consejo de Presidentes ha postergado una y otra vez la votación, y las cosas siguen igual en temas especialmente delicados, como por ejemplo, la propiedad de los clubes.

FIFA señaló de manera taxativa que estaba prohibido que un representante fuera dueño de un club, pero en Chile miran para el lado y el vicio está cada vez más extendido. La mejor prueba es la Primera B, que por sexto año consecutivo premiará con el ascenso a un equipo manejado por agentes. El último es Magallanes, propiedad de Cristián Ogalde.

El representante de Claudio Bravo, Marcelo Allende, Juan Carlos Gaete y Mark González ya había ascendido a Primera B como parte de los controladores de Deportes Santa Cruz y adquirió el 70 por ciento de Magallanes en 2017. Hoy tiene una voz que ronca en la ANFP, y estuvo vinculado con las llegadas de Francis Cagigao y Martín Lasarte a la selección chilena.

Pero Magallanes sólo engrosa una lista que habla a las claras de la presencia que van ganando los representantes en el fútbol chileno. En 2018 y 2021 subió Coquimbo Unido, en ambas oportunidades como campeón, que es propiedad de Sergio Morales y gerenciado por su hijo, Pablo.

Ñublense se quedó con el título y el ascenso en 2020 y mucho hizo la empresa 433, donde se asociaron Sergio Gioino, Pablo Lecler y Mauricio Valenzuela. Aunque el ex delantero de Universidad de Chile se salió del negocio para asumir de presidente del elenco chillanejo, el plantel sigue compuesto en un 80 por ciento por jugadores de esta firma.

 

 

En 2019 y vía liguilla llegó Deportes La Serena a Primera División. El equipo granate ha sido permanentemente involucrado con Fernando Felicevich, tanto con su empresa de márketing (Vibra) como con uno de sus asesores, Daniel Behar.

Para cerrar, Unión La Calera consiguió su ascenso a Primera División en 2017. Ricardo y Sebastián Pini le compraron el club a Sergio Jadue justo antes del FIFA Gate y hoy aparece el representante argentino Christian Bragarnik entre los dueños: su empresa Score Fútbol es propietaria de San Luis de Quillota, Elche de España y Defensa y Justicia de Argentina.