Manchester City e Inter de Milan protagonizan una pareja final de Champions League. Los ingleses e italianos han apostado más a anular el juego contrario que a atacar, en un estilo de juego que favorece más a los de Simone Inzaghi que al cuadro de Josep Guardiola.
Además, los ciudadanos, al igual que en la final del año pasado, sufrieron la salida de Kevin De Bruyne a principios del match. El belga sufrió una lesión muscular y en su lugar ingresó Phil Foden.
Pero el City es el City y siempre se las arregla para complicar. Y pese a sufrir el partido en la mayoría del tiempo, a los 23′ del segundo tiempo logró destrabar toda esa maraña propuesta por el Inter. Y vino de qué manera, a lo Guardiola, con mucho toque.
Tras una gran fase ofensiva donde la tocaron casi todos en el ataque, apareció con ventaja Bernardo Silva, que buscó a Erling Haaland en el centro. La defensa del Inter sacó, pero no contaban con la aparición sorpresa de Rodri. El español, en la entrada del área remató a la izquierda del arquero y puso el primer gol de la final.
Los ingleses, como era de esperar, desataron toda su alegría y tensión acumulada de tantos fracasos a nivel europeo. Puede ser la gran tarde de los ciudadanos y para Pep Guardiola.