La Universidad Católica quedó con gusto a poco después de no pasar del empate sin goles con Curicó Unido en San Carlos de Apoquindo. Pese a mantener intacto el esquema, haber hecho pocas variantes después de ganar la Supercopa y tener un equipo que dominó, no hubo caso.
Los de Dalcio Giovagnoli, técnico con experiencia en amargar a la UC desde hace tiempo, se plantaron firmes en la precordillera. Con rigor defensivo y algunas buenas opciones de contragolpe, fue suficiente para que los albirrojos se fueran con un punto.
En la UC no queda demasiado tiempo para lamentarse: juegan en la semana contra Gremio por la Copa Libertadores y el torneo tendrá que quedar en otro lugar del orden de prioridades. Aunque bastante les habría ayudado ganar hoy.