Uno de los grandes dolores en la hermosa carrera tenística de Marcelo Ríos es que no pudo celebrar en su tierra, debido a que nunca pudo ganar el ATP de Chile.
El Chino perdió cuatro veces la final en el país, tres de ellas en Santiago y la última en Viña del Mar, cuando se inclinó ante el español David Sánchez, quien sorprendió al mundo con su victoria.
El zurdo le estaba ganando por 6-1 y 3-1 al hispano, sin embargo, de un momento a otro se fue del partido en la arcilla viñamarina y se inclinó por 1-6, 6-3 y 6-3.

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David Sánchez ya está retirado del tenis y en 2020 le dio una entrevista al sitio especializado Punto de Break, donde recordó la victoria contra el Chino y su triunfo contra Nicolás Massú en Bucarest.
“Digamos que hay lugares y condiciones que se vuelven especiales para cada uno. Gané a Marcelo Ríos en Viña del Mar y a Nicolás Massú en Bucarest, ambas finales en 2003. Esos fueron mis dos únicos títulos como profesional, pero más que por ser esos dos jugadores, lo que se me daban bien eran los lugares. Ríos era un first class, pero tenía muchos altibajos y eso yo lo aprovechaba. Con Massú, aunque fue mucho mejor tenista que yo, era un jugador con el que podía jugar de tú a tú”, dijo el Quijote.

David Sánchez dio el golpe ante el Chino Ríos en Viña 2003. (Photo by Matthew Stockman/Getty Images)
Sobre el partido con el zurdo de Vitacura reconoció que “tengo que ser honesto: estaba cagado (risas). El partido era a las 22:00, recuerdo llegar sobre las 20:00 y ver a Marcelo calentando. Faltaban dos horas para jugar y la Pista Central ya estaba llena, 5.000 aficionados cantando. “¡Madre mía la que me espera!”. Mi entrenador –José Luis Aparisi– me conocía bien y quiso rebajar la tensión. Aquella noche pedimos un balón de fútbol para entrenar, me vio tan tenso que buscó desviarme de todo aquello. Estuvimos un rato jugando a fútbol y luego ya calenté media hora con la raqueta”.
“Estaba muy tenso, totalmente agarrotado. Obviamente no iba a tirar el partido, hasta que de repente hice un juego muy bueno, luego le hice break y nos pusimos 3-3. Desde ese momento no volví a fallar una pelota, terminé ganando 1-6, 6-3, 6-3. Él empezó a perder sensaciones y yo me agarré a la pista, entré en un estado donde no importaba el tiempo. Pasó lo que me dijo José Luis: en el momento en el que se igualó el partido, Marcelo se vino abajo“, cerró Sánchez sobre la final de Viña 2003.

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