El aplausómetro de gente no falla en un estadio de fútbol. Es el termómetro que mide el cariño que se le tiene a algún jugador y la molestia con el que termina siendo pifiado o insultado.
Eso pasó en el Nacional una hora y media antes de que empezara el duelo. Cuando llegó la selección chilena, se bajaron del bus y fue momento en el que hubo dos que se llevaron todos los aplausos y uno muchas críticas.
No fue Arturo Vidal ni Charles Aránguiz, de la Generación Dorada, los que fueron reconocidos. Se trató de Luciano Cabral y de Fernando Zampedri, que con su talento para crear y anotar goles se ganan la ovación del hincha.
Eso sí, ambos serán reservas esta noche ante Ecuador, pues el entrenador Ricardo Gareca prefiere que sean titulares Diego Valdés y Eduardo Vargas.
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Los jugadores de Chile no han tenido un buen rendimiento en eliminatorias. A pesar de eso, la gente no carga contra los futbolistas.
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Es Ricardo Gareca el apuntado como el mayor responsable, lo que quedó claro en Ñuñoa. Las pifias y hasta insultos que captó Cristián Fajardo, el periodista de Redgol en el estadio, indican lo poco querido que es el Tigre.
De hecho que le hayan gritado tantas barbaridades llevó al estratega argentino a agachar la cabeza y seguir caminando, aferrado a un milagro de poder llegar al Mundial a través del repechaje.
