Nico Jarry pasa por el mejor momento de su carrera. A sus 27 años, y tras volver desde cero en el ranking tras su sanción por dopaje, el tenista nacional apareció este lunes en el puesto 35 del escalafón mundial, el mejor de su vida, tras ganar el título en el ATP de Ginebra.

Mucho tiempo para descansar no hay. Este martes debutará en Roland Garros ante el boliviano Hugo Dellien. Un torneo donde tendrá la oportunidad de seguir escalando puestos ya que solo defiende 16 puntos conseguidos el año pasado, tras alcanzar la última ronda de la qualy en el Grand Slam parisino.

Valiosa situación que analizó su padre, Allan Jarry, en conversación con El Mercurio. El progenitor destacó el rol clave que cumple Juanito, el hijo del tenista, en este tremendo 2023 que está consiguiendo.

“Juanito es una pieza muy importante en su vida, con su nacimiento Nico tenía un driver, una motivación brutal para tener éxito en el tenis. Esa motivación se llama Juan, entre otras por cierto, y él cumple un rol gigante”, destacó Allan.

“Primero maduró antes que muchísimos chicos de su edad, porque hizo cosas desde temprano, como viajar solo a los 15 años, aprender a cocinarse, a lavarse la ropa, etcétera”, relató. 

“Luego vino el episodio injusto de la contaminación cruzada (que le significó el castigo por doping, que lo hace madurar como en algún minuto a todos nos toca, cuando la vida te da un golpe fuerte. Y ese golpe fue realmente duro” destacó.

Además, agregó que esos golpes “lo hacen aprender cómo sobrellevar eso y reponerse. Ha sido muy resiliente, como hemos visto. Y bueno, estos últimos años, donde además se transforma en padre, es un gran paso”.

“Todos esos han sido puntos que se han ido conectando, son parte de la historia de hechos que lo han construido, que lo hacen ser quien hoy es Nico”, añadió. 

“Esas conexiones no siempre son fáciles, a veces son muy dolorosas, pero te van construyendo. Ha sido un proceso largo, pero extraordinario, y él lo ha sobrellevado de una manera impresionante”, analizó.

Por último, agregó que “viajar en familia ayuda muchísimo, el tenis es un deporte muy solo, muy duro, de temas extremos, de viajes constantes cada semana, de hoteles y vuelos. Se ve muy bonito, pero es duro, y eso de viajar con la familia le da algo que pocos jugadores tienen, esa calidez, el amor. Llegar al hotel reventado y poder estar en familia tiene un valor incalculable”, cerró.