Generalmente, los futbolistas se retiran pasada la barrera de los 35 años, buscando exprimir al máximo su carrera profesional dentro de la cancha. Por eso, siempre llama la atención cuando un jugador decide colgar los botines a una edad temprana.
Ese es el caso del chileno Eduardo Navea, quien puso fin a su carrera con tan solo 31 años, tras haber defendido los colores de clubes como Deportes Valdivia, Santiago Wanderers, Deportes Temuco, Iberia y Universidad de Chile.
Navea se retiró el año 2017 y entregó detalles de su nueva vida trabajando en un liceo de la capital en conversación con AS.
La vida tras el retiro de Eduardo Navea
Sobre su despedida de las canchas, el exjugador señaló: “El fútbol no lo es todo y uno se tiene que replantear muchas cosas de la vida, ya sea estudiar o trabajar en otras cosas. Tengo ex compañeros que están trabajando en otras cosas también y que se retiraron a los 2 o 3 años después”,
Asimismo, sobre su trabajo en el Liceo Brígida Walker de la comuna de Ñuñoa en donde ya lleva 6 años trabajando, comentó que llegó allí ya que el director del establecimiento era dirigente de la U y le comentó la idea de que quería dejar el fútbol.
“Me ofreció un cargo ahí para ver todo el tema de los deportistas. El liceo siempre se ha destacado por tener deportistas, de hecho varios han estudiado acá, como Waldo Ponce, Marcelo Allende o Carla Guerrero”.
“Yo estoy a cargo de ver a todos los deportistas del liceo, porque tenemos una variedad de ramas de deporte, pero yo me concentro más en lo que siempre jugué que es el fútbol, acá llegan jugadores que son seleccionados nacionales en sus categorías y yo les tengo que hacer un plan de trabajo, hablar con los profes y decirles ‘profe, tal persona no va a estar en dos meses porque va a un torneo’.
Acerca de los motivos para despedirse de las canchas, señaló: “Ya no quise jugar más por temas de representantes y creo que no fue una mala decisión haberme retirado joven. A mi igual me llegaron varias ofertas para seguir, pero había perdido ese gustito de jugar y también vi que ya bajaba un poco el nivel de rendimiento y hay que saber hasta qué tope uno puede llegar y ver otras opciones de vida.
Agregando que él nunca tuvo representantes. “Nunca le tomé el peso a eso, quizás eso me pesó. Cuando quisieron representarme le dije que no a varios porque te pedían plata mensual, ellos te pedían 200 o 300 lucas mensuales para ellos”.
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“Las últimas ofertas que tuve fueron el 2018 de Coquimbo y San Antonio y ahí ya definitivamente dije que ya no jugaba más porque en Coquimbo me querían meter como representante a un tipo que no conocía y que me pedía el 35% de mi sueldo. En ese sentido quedé desilusionado de esa parte del fútbol”.
