John Surtees es una leyenda, pero no solo por su habilidad al volante, sino por lo que consiguió en su carrera: ser el único hombre en la historia en ser campeón mundial tanto de Fórmula 1 como de motociclismo.
Su historia está llena de victorias épicas, desafíos y, por supuesto, una tragedia personal que marcó su vida para siempre.
Un comienzo imparable en las motos
En los años 50, Surtees era un fenómeno en el motociclismo. Con cuatro títulos mundiales en la clase 500cc y tres más en la 350cc, su nombre estaba grabado en la historia de ese deporte.
A los 26 años, ya había ganado 38 de 51 carreras en las que participó, dejando claro que su dominio era absoluto. Tras su retiro de las motos, comenzó una nueva etapa: la Fórmula 1.

John Surtees, leyenda del motociclismo (Moto GP).

ver también
Brilló en la UFC, desafió a Jake Paul y sobrevivió a un trasplante de pulmón tras morir cuatro veces
La conquista de la Fórmula 1
Surtees no tardó en demostrar que su talento no se limitaba a dos ruedas. Tras su debut en 1960 con Lotus, fue contratado por Ferrari en 1963, donde comenzó a forjar su leyenda en la Fórmula 1.
En 1964, tras una feroz batalla con Graham Hill y Jim Clark, se coronó campeón del mundo de F1, sumando un título más a su increíble palmarés.
Su victoria en el Gran Premio de México lo llevó a la cima del automovilismo, convirtiéndose en un pionero que demostraría que el motociclismo y la F1 podían coexistir en su increíble carrera.

John Surtees gana el GP de México en 1964 (Vavel).
La tragédia que derrumbó a John Surtees
El destino le jugó una mala pasada a Surtees cuando, en 2009, su hijo Henry Surtees, piloto de Fórmula 2, falleció a los 18 años tras un trágico accidente en Brands Hatch.

John Surtees y su hijo Henry Surtees (Henry Surtees Foundation)
La tragedia marcaría profundamente a John, quien vivió sus últimos años en la ruralidad de Kent, tras retirarse de la F1 en 1972 y fundar su propio equipo.
A pesar de los reveses personales y profesionales, nunca dejó de ser un ícono del automovilismo. Hoy su nombre sigue siendo sinónimo de un hito único.

John Surtees con su medalla de Comendador de la Orden del Imperio Británico, concedida por el Duque de Cambridge en 2015 (Getty Images).