Durante más de un mes, Ben Askren estuvo hospitalizado, sumido en una realidad que apenas recuerda. En un video publicado en sus redes sociales, el luchador explicó que no tiene ningún recuerdo claro de lo sucedido desde finales de mayo hasta principios de julio.
“Morí cuatro veces y el corazón se paró durante 20 segundos. No sé qué pasó“, comentó.
Askren fue conectado a un respirador y colocado en la lista de espera para un trasplante de pulmón. Finalmente fue sometido a un doble trasplante que lo salvó, aunque él mismo menciona que los detalles de ese proceso siguen siendo vagos.

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De luchador olímpico a paciente en coma
Ben Askren, conocido por su paso por los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y su exitosa carrera en las MMA, se retiró en 2019 por una cirugía en la cadera, con un récord impresionante de 19 victorias y 2 derrotas.
Sin embargo, no todo terminó en el octágono. En 2021, Askren regresó a los deportes de combate para enfrentarse al influencer Jake Paul en un combate de boxeo. Ese enfrentamiento terminó en un nocaut técnico en el primer round, pero no fue su peor golpe.
Poco tiempo después, Askren enfrentó una batalla mucho más dura: una neumonía que lo puso en coma y lo llevó al borde de la muerte. La pelea que realmente le salvó la vida fue esta.

Ben Askren durante el pesaje para la pelea con Jake Paul en abril de 2021 (Getty Images)

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“Fue como tener mi propio funeral”
Askren bajó de peso de forma drástica. Llegó a perder 23 kilos en 45 días. Sin embargo, lo que más lo impactó no fue tanto su transformación física, sino el amor y apoyo de su familia y amigos.
“Fue como si hubiera tenido mi propio funeral”, comentó, conmovido por la cantidad de cariño que recibió mientras su vida pendía de un hilo.
Hoy, Ben Askren está de vuelta en su casa, recuperándose con nuevos pulmones y una perspectiva renovada sobre la vida. Lo que parecía un final trágico, se convierte en una historia de resistencia.