La historia de Dele Alli en el fútbol no ha sido fácil. Duras lesiones han marcado su carrera, que en algún momento se truncó. Pese a haber sido una de las figuras de proyección del Tottenham, su salida rumbo a Everton, con la cesión al Besiktas entre medio, lo mataron.

Este jueves, el día comenzó con una dura revelación de su parte. En entrevista con Gary Neville, en el programa The Overlap, Alli reveló lo dura que fue su infancia. Eso, relata, marcó su vida adulta, lo que incluso lo llevó a estar en rehabilitación en abril de este año.

¿La razón? Abuso de alcohol y pastillas para dormir. “Me da miedo hablar de ello. Cuando volví de Turquía y me enteré de que necesitaba una operación, estaba muy mal mentalmente y decidí ir a un centro de rehabilitación de salud mental. Tratan adicciones y traumas. Sentí que era mi momento. No te pueden decir que vayas, tienes que saberlo y tomar la decisión tú mismo o no funcionará”, explicó.

La infancia de Dele Alli

Eso solo fue el detonante de la historia de las vulneraciones que sufrió cuando era un niño. “A los seis años, abusó sexualmente de mí un amigo de mi madre, que estaba mucho en la casa. Mi mamá era alcohólica. Me enviaron a África para aprender disciplina y luego me enviaron de regreso”, empezó Alli.

“A los siete empecé a fumar y a los ocho empecé a traficar con drogas. Una persona mayor me dijo que no detendrían a un niño en una bicicleta, así que anduve con mi pelota de fútbol, y debajo llevaba las drogas. A los once, me colgaron de un puente. Fue un tipo del vecindario de al lado, un hombre”, agregó.

Pero poco más tarde las cosas empezaron a salir bien. “A los doce me adoptaron. Una familia increíble, no podría haber pedido mejores personas para hacer lo que hicieron por mí. Si Dios creó a las personas, fueron ellas”, destacó Alli, ante la sorprendida cara de Gary Neville.

Los traumas de la adultez

Actualmente jugador de Everton, Dele Alli confesó que arrastra tantas penas desde su niñez que hace poco tiempo estuvo cerca de retirarse. “Una mañana me levanté y tenía que ir a entrenar. Recuerdo que me miré al espejo y me pregunté si podía retirarme ya. Con 24 años. Haciendo lo que me gusta”, comentó.

“Para mí fue desgarrador. Siempre he sido yo contra mí mismo en todo. Estaba atrapado en un mal ciclo y en cosas que me estaban haciendo daño”, añadió. La buena noticia es que tuvo a Mauricio Pochettino de su lado, lo que le ha permitido salir adelante.

Dele Alli tuvo solo buenas palabras para el DT argentino. “Pochettino fue el mejor entrenador y no podría haber pedido un entrenador mejor en ese momento. No era como una relación entre un futbolista y un entrenador. Sentí que era más profundo que eso”, destacó.

“Era tan comprensivo con las decisiones que estaba tomando y me estaba guiando, como que se preocupaba por mí como persona antes del fútbol”, remató el futbolista.