Lo de Kylian Mbappé es impresionante. No sólo por la segunda marcha de sus piernas cuando le collerean la pelota, que le permite dejar atrás a cualquier rival. Ni porque todos sus goles en el Mundial de Qatar 2022 sean auténticos golazos. Ni porque haya hecho olvidar rápidamente la ausencia por lesión del mejor jugador del año, Karim Benzemá.

El diamante francés a los 23 años parece estar en un nuevo peak de su carrera individual, en un año en el que se insistió en su molestia en el PSG, por el mayor protagonismo que había tomado el legendario Lionel Messi en el elenco francés, que lo harían dar un salto al Real Madrid. La Copa del Mundo claramente es el escenario para zanjar diferencias.

23 años y ya fue el mejor jugador joven en el Mundial de Rusia 2018. Ya lleva nueve goles en la Copa del Mundo, los mismos que Messi en cinco mundiales. Es el primer jugador que anota dobletes en octavos de final de certámenes consecutivos (ante Argentina en Rusia y Polonia en Qatar). Y claro, ya fue campeón del mundo con la selección de Francia.

Mbappé o Messi, el mejor de la historia
 

Pero al frente de Kylian Mbappé hay una leyenda. Nada menos que Lionel Messi, quien a los 35 años se juega quizás su última oportunidad de ganar una Copa del Mundo. Por esta razón es el bastión y el testimonio de una selección argentina que espera concederle ese derecho a uno de los mejores jugadores de la historia.

La Pulga registra tres goles y una asistencia en Qatar 2022, en un equipo donde lleva la batuta y el overol en medio de jugadores a los que supera por más de diez años. Es el maestro y el ídolo de la Albiceleste. "Que la gente confíe, que este grupo no los va a dejar tirados", avisó el futbolista más grande del Siglo XXI.

 

 

Sin embargo, desde Francia avisan que Mbappé no está pintado. "El único objetivo es ganar el Mundial, es mi sueño, mi único sueño, estoy aquí para eso", dijo el ariete nacido en Bondy, cuyo objetivo hoy puede ser Messi, pero mañana puede ser la posibilidad de convertirse e el mejor jugador de la historia de los mundiales, como Pelé.

Para agregar más morbo a la historia, Argentina y Francia van por lados distintos en el cuadro de la fase final del Mundial, por lo que sólo podrían encontrarse en una final (o en la definición del tercer puesto), una cita a la que aspiran varios otros candidatos, pero ninguno con un talento tan excepcional como los de Mbappé y Messi.

Por eso, aunque la Inglaterra, España o Brasil se impongan en la cita final, casi conseguridad los dos diamantes estarán en la elección del mejor jugador de la Copa. De hecho, Messi ya ganó el título aunque perdió la final en el Mundial de Brasil 2014. Pero de momento, como dice el adagio, hay que disfrutarlos y no compararlos.