Inglaterra logró su ansiada clasificación a la final de la Eurocopa al vencer 2-1 a una combativa Dinamarca en tiempo extra, en un partido que terminó manchado por polémica arbitral con un penalti bastante dudoso y que ni la presencia del VAR pudo advertir en plena prórroga.

Los Tres Leones, impulsados por su afición en casa, fueron los que empezaron mandando en las acciones pero conforme pasaban los minutos el cuadro escandinavo encontró la forma de ir recuperando la pelota y frenar el envión inicial para poder pisar firma de cara a lo que restaba del compromiso.

El compromiso entró en un momento en el que poco pasaba pero se despertó a la media hora cuando los daneses abrieron el marcador con un espectacular cobro de un tiro libre por parte de Mikkel Damsgaard quien disparó seco y la pelota cayó con fuerza para terminar dentro del arco de Jordan Pickford, quien no lo pudo evitar pese a la estirada.

Los dirigidos por Gareth Southgate, apurados por la desventaja, apretaron prácticamente de inmediato y rápidamente llegaron al empate al 39' cuando Harry Kane se la filtró a Bukayo Saka en su carrera desde la derecha, quien mandó un centro por bajo que propició el autogol de Simon Kjaer, apurado por la presión de Raheem Sterling.

Desde ese momento, los británicos fueron los dominantes pero la defensa danesa estuvo a la altura de las circunstancias y las pocas veces que fueron sobrepasados aparecían las manos de Kasper Schmeichel para salvar cualquier intento de peligro. De esta manera, la prórroga comenzaba a ser inevitable.

 

Inglaterra presionó en el tiempo adicional y tuvo un par de oportunidades que fueron bien conjuradas por su guardameta hasta que la polémica se hizo presente sobre el final de la primera mitad de la prórroga cuando un contacto casi inexistente sobre Sterling fue decretado como penal por parte del árbitro Danny Makkelie.

Quien se encargó del cobro fue Kane y su lanzamiento fue detenido por Schmeichel con una gran atajada hacia su izquierda pero el rebote quedó en el centro y el atacante del Tottenham no perdonó. Inglaterra se anota en su primera final de la Eurocopa, donde enfrentará a Italia, y Dinamarca se despide con el sabor amargo de poder haber aguantado sin una decisión tan polémica.